ESPERT: El diputado «productor rural» que llama a no pagar impuestos pero cuyo campo recibió beneficios impositivos

El legislador, que se acercó nuevamente a Milei, vuelve con su discurso delictivo.

Por Tomás Palazzo para Noticias La Insuperable

Hace unos días el diputado libertario José Luis Espert instó a los contribuyentes de la Provincia de Buenos Aires a no pagar los impuestos Inmobiliario y Automotor, según la ley fiscal que la Legislatura le aprobó al gobernador Axel Kicillof.

Espert sostuvo que él mismo no va a pagar los gravámenes patrimoniales que recauda ARBA y justificó: “No hay que pagar los impuestos que ahora quiere Kicillof, porque no nos da nada a cambio de eso”.

“Yo no los voy a pagar. Ni inmobiliario ni rural, porque también soy productor rural”, subrayó.

En realidad, José Luis Espert tiene poco de productor rural. Hijo de ricos, recibió el 50% del campo de su padre, lo alquila y vive de rentas. Heredó, junto a sus hermanos, los campos familiares en Pergamino. Hoy día, asociado con su hermano Gustavo, son los dueños de Killaco S.A., dedicada al cultivo de cereales. También tiene una “pata” en la ganadería, dado que la familia de su segunda esposa, Mercedes González, es propietaria de la cabaña Los Retoños, localizada en el norte de la provincia de Santa Fe y dedicada a las razas Braford y Brangus.

Beneficios del Estado

Espert reniega de un Estado presente para proteger a los trabajadores, pero cuando fue para beneficiar a su familia le parece perfecto. Corría 2001 y pocos meses antes del estallido, de la Rúa y el admirado por los libertarios Domingo Felipe Cavallo, en esa rara concepción que comparten, salieron a repartir beneficios para los menos con la extraña idea derramista de que eso beneficiará a los más.

Básicamente, y como quiere repetir ahora Espert, desde el ministerio de Economía lanzaron, el 1º de junio de 2001, a través del Decreto 730/2001un programa que otorgaba beneficios impositivos y tributarios a unos pocos con la excusa de mejorar la competitividad y generar empleo. Todos sabemos cómo terminó eso y cuántas vidas costó.

Pero el punto es que “muchos pocos” se beneficiaron: como los campos de la familia Espert (el que dice que hizo todo sin deberle nada a nadie). Pues raudamente su padre, que administraba el campo familiar entonces, se acogió y recibió todos los beneficios del Estado subsiadiador de ricos al que quiere volver Espert.

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