La penosa realidad de una promesa de campaña.
Por Tomás Palazzo para Noticias La Insuperable

Durante su campaña, uno de los ejes de Milei que ilusionaba a los jóvenes era la implementación de un sistema de «vouchers» en la educación -nunca demasiado desarrollado discursivamente- que ilusionaba con la idea de ser financiados para poder estudiar donde quisieran.
Desde su plataforma, Milei anunciaba que buscaría descentralizar la educación “entregando el presupuesto a los padres”, en lugar de dárselo al ministerio, financiando la demanda, y generando “competencia entre las instituciones educativas desde lo curricular en todos los niveles de educación, incorporando más horas de materias como matemática, lengua, ciencias y tic, o por la orientación y/o la infraestructura”.
Aunque no desarrolla mucho más sobre cómo lo llevaría a cabo, sí lo hizo en algunas entrevistas donde se explayó sobre el tema. En una de ellas, con el programa “Buenos Días América”, de A24, 2 días después de ganar las PASO, Milei habló sobre los vouchers educativos. Ante la pregunta sobre si la persona va a tener que pagar el colegio, el candidato respondió: “En términos técnicos sí, la estarías pagando”. Y luego explicó que busca “darle el financiamiento a la gente, no a las instituciones”.
Cien días después de iniciada su gestión, con los bolsillos flacos y con las clases ya en curso, legó ese financiamiento: a través de la Resolución 61/2024 el Ejecutivo oficializó el nuevo programa que se propone «subvencionar la demanda y no la oferta» para «evitar que los alumnos deban cambiar de institución educativa debido al aumento en el costo de la matrícula o las cuotas mensuales».
En realidad, estamos hablando de una pequeña subvención que apunta únicamente a estudiantes de los niveles inicial, primario y secundario de gestión privada que reciben aporte estatal; un subsidio directo temporario otorgado a las familias que envían a sus hijos a escuelas privadas, con al menos 75% de aporte estatal, siempre que el ingreso familiar no supere el equivalente a SIETE (7) salarios mínimos vitales y móviles.
La cuota no debe superar los $54.396 y los beneficiarios del programa recibirán el 50% del valor del arancel de jornada simple (excluyendo actividades extraprogramáticas) en función a la cuota base (marzo 2024) para mayo, junio y julio, siendo el tope por cada hijo de $27.198.
No está mal sentirte estafado.
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