
La euforia de los esquilmados con esperanza atraviesa el ciberespacio argento en grotesco festival masoquista.
Por Estela Lauría para Noticias La Insuperable •
Se hubiera dado una panzada don Arturo con tanto medio pelo revoloteando en el éter. De las redes sociales al súper on-line, una turba de bits clasemediera va de la alabanza a totos y fedes hasta la compra digital en cuotas de polenta, espinazo y arroz partido.
Y los muchos políticos que salieron de esa misma clase media, hoy comatosa pero cocorita tras el teclado, tiemblan ante la jauría trol sin animarse a reclamar federalismo ni república como en cercanos tiempos de rasgado de vestiduras. Ni hablar, claro, de Jalei y Jaldei, que buscan en Olivos la mejor foto para instagramear en la cara de envidiosas radichetas con peluca, acreditadas en el huerto de la quinta.

En la red X, donde antes se trinaban por doquier reclamos de institucionalidad, hoy exigen a Pato más palo al jubilado y a Sandrita que deje pudrir más víveres antes que alimentar «con la nuestra» al menesteroso y su desmesurada prole. Al asesor monotributista VIP, forjado en hierro triangular, que maneja títeres gordos y hasta flacos, lo conminan a poner en cintura a Marcos y sus veleidades metodológicas de IPC, a tenerlo más cortito que dólar con cepo recargado.
Los y las economistas otrora habitués de los medios, de los infaustos a las lenguaraces y Malinches, postean galimatías en los que colar algún elogio al modelo motosierra se ha tornado obligatorio en virtud de la ciber-salud. Se acabaron los Orlandos Furiosos que invocaban a sus liberales Ariostos y, ni qué decir, los chef de pasta con tuco a la armenia que hace rato hicieron mutis por las cocinas del Monte Ararat.

Ni Guillermito, que ya se sabe que no es Fernández y que no salió de Grandes Valores ni le debe una vela a Soldán, se anima a seguir cantando el tango Chapita, bonita página de su autoría que tuvo un cuarto de hora a todo decibel en el streaming vernáculo.

Con renovados terrores ante el extinto comunismo, Mabel y Raúl exigen más mimo a los mercados de capitales y repostean sin freno tanto al emprendedor ahorcado pero con fe como al flamante influencer del trading que aconseja tirarse a la pileta del bull market hipotecando, si fuera necesario, hasta los postizos del abuelo. Después se verá si hay agua o cuánta queda. Apalancarse es la tarea para los heladera vacía.

Como las fiestas se acercan a paso vivo, se rifan Benjamines humedecidos mientras se googlea con frenesí la receta –a ver si existe- de un Vitel Toné hecho con caballa, algún digno sustituto del peceto y, cómo no, un salvador sosías de onerosas alcaparras. Pero para el esquilmado adicto al odio planificado de la extrema derecha 2.0, privado ya de plato principal y postre, no habrá mayor placer que repetir el discurso de los pocos beneficiarios de la violenta impostura en el tuit navideño.
Don Carmelo, jubilado de la mínima pero no de la odiada moratoria, que imprimió e hizo enmarcar el tuit con el like del leoncito, antes de que le corten la luz por la deuda que, como gente de bien, piensa honrar más temprano que tarde, postea pidiendo comprensión a las calificadoras de riesgo internacional y haciendo votos por una caída del injustamente elevado riesgo país, que con propiedad debería nombrarse como EMBI+ si el vulgo -y los zurdos, cuándo no- fuera educable en el lenguaje de la libérrima libertad.

Y pensar que aún nos resta saber qué nos deparará este diciembre, mes aniversario del ascenso a la ciber-galaxia, valga la contradicción, del topo que fagocitará el despreciable estado junto a los magros ahorros de los descreídos y las prebendas de enfermos terminales e incapacitados.
El medio pelo de pura cepa, con vacas cuotificadas en Brasil como zanahoria de burro, prepara sus smartphones para anunciar el derrame de la copa que los héroes de la iniciativa privada, cruzados del bienestar general en perpetua guerra santa, convertirán en inundación de maná ni bien las fuerzas del cielo determinen la derrota absoluta del ejército woke en la última batalla de la guerra cultural.

Seremos faro de occidente y oriente, Irlanda y Suiza juntas cuando se extinga el zurdaje, se acaben el PAMI, los CUD, la ANSES, el CONICET y reinen los perfectos mercados. Con paciencia, ajuste y fe, ¡al infinito y más allá! ¡Compartilo y dale un corazón si sos gente de bien!
Descubre más desde Noticias La Insuperable
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
