En un insólito escrito judicial, Milei se negó a borrar el posteo contra Ian Moche y volvió a sostener que sus redes son “personales”, como si no fuera jefe de Estado. Apeló a la libertad de expresión y negó cualquier daño al niño.

Milei, otra vez contra las cuerdas
Milei se negó a eliminar de sus redes sociales el posteo en el que descalificó a Ian Moche, el niño con autismo que lo había acusado de insultarlo, y presentó un escrito judicial plagado de argumentos insólitos.
Según informó Noticias Argentinas, en la causa iniciada por la familia de Ian, el mandatario volvió a apelar a su ya conocida teoría de la “doble personalidad”: sostiene que lo que publica en su cuenta de X es algo “personal” y no lo representa como jefe de Estado.
Un argumento que ya fracasó
Este mismo razonamiento ya había sido rechazado por la Justicia en la causa por la estafa con la criptomoneda $LIBRA, cuando el fiscal Oscar Julio Gutiérrez Eguía dictaminó que la cuenta de X de Milei sí lo representa como presidente. Sin embargo, el libertario vuelve a insistir con la misma línea de defensa.
Negaciones y omisiones
En su presentación, los abogados de Milei califican la demanda como “carente de sustento jurídico” y rechazan, punto por punto:
- Que la cuenta @JMilei sea oficial del Poder Ejecutivo Nacional.
- Que sus posteos hayan agredido el honor, reputación o integridad del niño.
- Que un reposteo equivalga a ratificar agravios.
- Que la publicación haya causado un daño irreparable o grave.
- Que el interés superior del niño justifique limitar la libertad de expresión política.
“Fue una acción privada”
Milei insiste en que su tuit fue una “acción privada” y que contenía “una expresión crítica sobre la labor y agenda subyacente de un periodista públicamente conocido” —en referencia a Paulino Rodríguez—, negando que se tratara de un ataque directo contra Ian.
Ataque ideológico, no legal
El escrito también intenta desacreditar la denuncia de la familia Moche, asegurando que “no tuvo que ver con una cuestión legal sino ideológica”. Es decir, Milei no solo no se disculpa ni retira sus dichos, sino que vuelve a colocar al niño en el centro de una disputa política que él mismo generó.
Una defensa peligrosa
La estrategia judicial del mandatario busca desligarse de sus responsabilidades institucionales mientras usa sus redes sociales para hostigar, incluso a menores. Lo más grave: pretende sentar el precedente de que el jefe de Estado puede decir lo que quiera en “modo privado” y que nadie puede exigirle rendir cuentas.
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Un sujeto con severo trastorno de personalidad.
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