El caso que conmociona al país sumó un nuevo capítulo este sábado: la DDI de La Matanza detuvo a Ariel Giménez, de 29 años, señalado como el hombre que habría cavado el pozo donde fueron enterradas Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, víctimas del brutal triple femicidio de Florencio Varela.

La pista del chofer y la pala
La captura de Giménez se concretó luego del testimonio clave de un chofer de aplicación, que declaró haber trasladado a un hombre con una pala y un parlante desde la vivienda donde asesinaron a las jóvenes hasta la casa que había sido allanada el viernes. Ese dato fue el hilo que permitió dar con el sexto detenido de la causa.
Cuando los efectivos ingresaron al domicilio, no encontraron ni a Giménez ni la pala, aunque sí hallaron el parlante. La herramienta apareció más tarde en poder de una vecina, quien aseguró que el acusado se la había dejado “porque iba a hacer un trabajo que nunca se llevó a cabo”.
Finalmente, Giménez fue detenido al regresar a su casa en Florencio Varela. Según la investigación, habría sido contratado por la banda narco para encargarse de la macabra tarea de enterrar los cuerpos.
La sombra de “Pequeño J”
El triple femicidio volvió a poner en el centro de la escena a Tony Janzen Valverde Victoriano, alias Julito o Pequeño J, narco peruano acusado de ordenar la tortura, el asesinato y hasta la transmisión en vivo del crimen de las jóvenes como parte de un “castigo disciplinador”.
La conexión con el crimen organizado trasciende fronteras. La periodista peruana María Horna explicó en diálogo con C5N cómo operan estas mafias: “La lucha contra el crimen organizado en Perú, sobre todo el narcotráfico, es muy fuerte. Necesitamos un plan que logre limpiar de organizaciones criminales principalmente la selva, porque allí levantan laboratorios de cocaína”, advirtió.
Rutas de la droga y vínculos regionales
Horna agregó que el control de puertos y aeropuertos en Perú llevó a los narcos a buscar rutas alternativas: “Llegan avionetas desde Bolivia para cargar droga y luego volar hacia Paraguay, Argentina y Brasil. Son zonas agrestes, donde las fuerzas de seguridad no pueden penetrar con facilidad”, explicó.
Sobre Valverde Victoriano, la periodista señaló que en Perú no era considerado un gran capo, sino más bien un coordinador de la ruta de la cocaína hacia los barrios, donde organiza y zonifica el accionar de las bandas.
Una trama siniestra
La detención de Giménez se suma a una larga lista de arrestos que empiezan a desentrañar la trama criminal detrás del triple femicidio. Lo que aparece con fuerza es la evidencia de que las mafias narco utilizan la violencia extrema como mecanismo de control, exportando a la Argentina los mismos métodos que aplican en los territorios donde dominan.
El caso no solo revela el horror de un crimen atroz, sino también la urgente necesidad de enfrentar el avance del narcotráfico que penetra en los barrios más vulnerables. Un fenómeno que, mientras Milei juega a la motosierra en la tele, se cobra vidas de jóvenes que quedaron atrapadas en una maquinaria criminal que no reconoce fronteras.
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