La ministra Patricia Bullrich confirmó la detención en Lima de uno de los sospechosos clave del brutal asesinato de Lara Gutiérrez, Brenda Delgado y Florencia Ibáñez. Con él, ya son ocho los apresados en la causa.

El triple femicidio de Florencio Varela suma un nuevo capítulo. Este martes, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich anunció la captura de Matías Ozorio, señalado como la mano derecha del narco “Pequeño J” y presunto autor material del crimen.
Una fuga que terminó en Lima
Ozorio fue detenido en la ciudad de Lima, Perú, gracias a un operativo coordinado entre la Policía Federal Argentina, Interpol y las fuerzas de seguridad peruanas. El sospechoso había logrado escapar tras la masacre ocurrida a fines de agosto, que dejó conmocionada a la comunidad de Florencio Varela.
La ministra celebró el operativo a través de sus redes sociales, asegurando que se trató de un “trabajo conjunto” que permitió dar con uno de los hombres más buscados del caso.
Ocho detenidos en la causa
Con la captura de Ozorio, ya son ocho los apresados por el asesinato de Lara, Brenda y Florencia. Todas fueron halladas sin vida en una vivienda de Florencio Varela, en lo que se investiga como un crimen vinculado a disputas narco.
El “Pequeño J”, jefe narco local y supuesto instigador del triple femicidio, se encuentra tras las rejas desde hace semanas. Sin embargo, la justicia cree que Ozorio habría sido pieza central en la ejecución de la masacre.
El trasfondo narco y la violencia sin freno
La causa expone una vez más cómo las redes del narcotráfico atraviesan los territorios más vulnerables, generando violencia extrema y víctimas jóvenes que quedan en el medio de disputas por poder y territorio.
El secreto de sumario decretado días atrás busca resguardar la investigación y las pruebas que se acumulan contra la organización. Todo indica que el caso está lejos de cerrarse: aún restan prófugos y posibles responsables intelectuales que la justicia intenta identificar.
Justicia y memoria
Mientras tanto, familiares y organizaciones feministas vuelven a reclamar que se garantice justicia y se desmantele el entramado narco que opera en el Conurbano. “Las pibas no se tocan”, fue la consigna que resonó en la última marcha en Varela, donde la comunidad exige que este no sea otro caso más que quede en la impunidad.
El triple femicidio de Florencio Varela ya se convirtió en un símbolo del dolor y la bronca frente a la violencia machista y narco que arrasa con vidas jóvenes. La detención de Ozorio, aunque clave, apenas abre un nuevo capítulo en una trama oscura que la justicia todavía debe desentrañar.
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