En la Precordillera de La Rioja, a más de 3000 metros de altura, un equipo del CONICET halló el esqueleto casi completo de Huayracursor jaguensis, un dinosaurio de cuello largo que vivió hace 230 millones de años. El descubrimiento, publicado en Nature, lo ubica entre los más antiguos del mundo y abre una nueva ventana al pasado triásico de Sudamérica.
Por Alina C. Galifante para Noticias La Insuperable

Créditos: Jorge Blanco
Un hallazgo entre el viento y la altura
Un grupo de paleontólogos argentinos descubrió en la Quebrada de Santo Domingo, al oeste de La Rioja, el esqueleto casi completo y articulado de un dinosaurio que habitó la región hace unos 230 millones de años, en pleno Triásico Tardío. La nueva especie fue bautizada Huayracursor jaguensis, nombre que combina el término quechua huayra (viento) y la referencia a Jagüé, el antiguo pueblo de arrieros más cercano al sitio del hallazgo.
El descubrimiento se produjo en una zona de gran riqueza fosilífera, donde en la última década se han identificado restos de rincosaurios, cinodontes traversodóntidos y otros dinosaurios primitivos. Por su relevancia, el estudio fue publicado en la prestigiosa revista Nature, destacando el aporte argentino al conocimiento sobre los orígenes de los dinosaurios.
“Es uno de esos descubrimientos que no se dan a menudo. La región es inhóspita por la altura, los vientos fuertes y el frío, pero cautiva con sus paisajes espectaculares”, explicó Martín Hechenleitner, investigador del CONICET en el CRILAR, y primer autor del trabajo.
Entre los dinosaurios más antiguos del planeta
Los científicos estiman que Huayracursor vivió entre 230 y 225 millones de años atrás, convirtiéndose en uno de los dinosaurios más antiguos conocidos. Hasta ahora, los fósiles de esa edad se limitaban a sitios como el Parque Provincial Ischigualasto en San Juan, la región de Cerro Las Lajas al sur de La Rioja y el estado de Rio Grande do Sul, en Brasil.
“Esta nueva región abre una perspectiva de grandes descubrimientos. Pocas veces en la vida se puede decir que se encontraron sitios totalmente novedosos, con una fauna extraordinaria por su preservación y abundancia”, señaló Agustín Martinelli, investigador del CONICET en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia y segundo autor del artículo.
El linaje de los gigantes
Huayracursor pertenece al grupo de los sauropodomorfos primitivos, antepasados de los colosales herbívoros de cuello largo como Argentinosaurus y Patagotitan. Los análisis filogenéticos lo ubican dentro del grupo Bagualasauria, junto a especies del Triásico halladas en Brasil.
Según Hechenleitner, “Huayracursor presenta dos rasgos clave: un cuello considerablemente más largo y un tamaño mayor que la mayoría de sus contemporáneos. Ambas características aparecen tempranamente en su linaje y fueron decisivas en la historia evolutiva de los sauropodomorfos”.
El fósil incluye parte del cráneo, la serie vertebral completa, la cola y las extremidades anteriores y posteriores casi íntegras. Su excepcional conservación permitirá estudiar con detalle la evolución temprana de estos dinosaurios.
Un cuerpo pequeño, pero revolucionario
Pese a su relevancia evolutiva, Huayracursor no era un gigante. Medía unos dos metros de largo y pesaba cerca de 18 kilos, casi el doble que otros dinosaurios primitivos como Eoraptor lunensis.
“Estamos describiendo en detalle su anatomía para comprender sus relaciones con otros dinosaurios de Sudamérica, África e India”, indicó Malena Juarez, becaria doctoral del CONICET en el CRILAR, que dedica su tesis al estudio del ejemplar.
Una nueva frontera paleontológica
La investigación también reveló que los terrenos triásicos de la Precordillera Norte pertenecen a una cuenca sedimentaria independiente de las ya conocidas en el suroeste de Gondwana.
“Esto abre la posibilidad de extender las exploraciones más al oeste, hacia la cordillera de los Andes”, sostuvo Sebastián Rocher, investigador del CONICET en la Universidad Nacional de La Rioja.
Del estudio participaron además Lucas Fiorelli (CRILAR), Jeremías Taborda (CICTERRA, CONICET-UNC) y Julia Desojo (UNLP).

Créditos: Gentileza del equipo de investigación.
Un viento que sopla desde el pasado
El hallazgo de Huayracursor jaguensis confirma que La Rioja guarda una de las claves más antiguas del linaje de los gigantes de cuello largo. Desde las alturas ventosas de la Precordillera, el fósil no solo amplía el mapa de los dinosaurios del Triásico, sino que también reafirma el papel de la ciencia pública argentina —CONICET, universidades y gobiernos locales— en la exploración de su propio patrimonio natural.
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