Mientras gran parte del mundo homenajea a las madres en mayo, en Argentina la tradición se mantiene en octubre. La razón está en los calendarios religiosos, la historia del país y un fuerte arraigo cultural que resistió incluso a los intentos de cambiarla.
Por Leticia Graciani Fainel para Noticias La Insuperable

Una fecha distinta, muy nuestra
Cada tercer domingo de octubre, las familias argentinas se reúnen para celebrar el Día de la Madre, una jornada que combina flores, abrazos, asados y emociones. Pero pocos recuerdan por qué Argentina es uno de los pocos países del mundo que no lo festeja en mayo, como ocurre en casi todo el hemisferio occidental.
El origen está lejos del marketing y mucho más cerca de la religión. Hasta el año 1969, el calendario litúrgico católico conmemoraba el 11 de octubre la maternidad de la Virgen María, y fue esa referencia la que motivó a que en nuestro país se eligiera el domingo posterior a esa fecha como el momento para homenajear a las madres.
De Roma al Río de la Plata
En 1970, el Concilio Vaticano II reorganizó el calendario y trasladó esa celebración mariana al 1° de enero, junto con la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Sin embargo, la Argentina decidió mantener su tradición de octubre.
La Iglesia local, junto con el propio sentir popular, prefirió conservar la fecha que ya se había arraigado en las costumbres familiares. Así, lo que empezó como una conmemoración religiosa se transformó en un ritual cultural argentino, con identidad propia.
Intentos de cambio (y resistencia)
A lo largo de los años hubo propuestas para unificar la fecha con el Día de la Madre internacional, que en la mayoría de los países se celebra el segundo domingo de mayo. Desde cámaras comerciales hasta funcionarios de distintos gobiernos intentaron promover la modificación, argumentando razones turísticas o comerciales.
Pero los intentos chocaron con algo más fuerte: el peso de la costumbre popular. Para muchas familias, octubre marca el inicio de la primavera, y el Día de la Madre se asocia con el encuentro al aire libre, las flores y la reunión de generaciones. Es una postal típicamente argentina que ningún decreto logró borrar.
Entre regalos y abrazos
Hoy el Día de la Madre combina lo tradicional y lo moderno: desde el clásico desayuno en la cama hasta los mensajes en redes sociales con fotos de antaño y etiquetas como #FelizDíaMamá. Las vidrieras se llenan de ofertas y las florerías baten récords de ventas, pero detrás de todo eso late una historia con raíces profundas.
El Día de la Madre en la Argentina no nació de una campaña publicitaria, sino de un sentimiento. Y aunque el mundo cambie de ritmo, la emoción de abrazar a mamá en octubre sigue siendo parte del ADN nacional.
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