Racing se despidió de la Copa Libertadores con la frente en alto

En un Cilindro de Avellaneda repleto y ensordecedor, Racing empató 0-0 ante Flamengo y quedó eliminado de la Copa Libertadores 2025. La Academia fue superior durante gran parte del partido, pero la falta de gol la condenó. El equipo de Costas cerró un ciclo digno, dejando una imagen de entrega y pertenencia que emocionó a su gente.

Por Ignacio Elfratini para Noticias La Insuperable

Una noche con sabor a final

Desde temprano, el barrio de Avellaneda fue una fiesta. Calles cortadas, bombos, bengalas y familias enteras marchando hacia el estadio con una sola convicción: dar vuelta la historia. El Cilindro fue un hervidero: 50 mil almas cantando, banderas flameando y la esperanza en cada rincón. Racing salía a buscar el milagro con un planteo decidido, sin especular.

Formación de Racing (4-3-3):
Cambeses; Mura, Sigali, Piovi, Rojas; Almendra, Nardoni, Oroz; Ojeda, Martínez, Salas.

Formación de Flamengo (4-2-3-1):
Rossi; Varela, Léo Pereira, David Luiz, Ayrton Lucas; Pulgar, Gerson; Luiz Araújo, De Arrascaeta, Cebolinha; Pedro.

El primer tiempo fue una muestra de intensidad y empuje. Racing presionó alto, se adueñó del mediocampo y generó las situaciones más claras. A los 18 minutos, Maravilla Martínez tuvo el gol con un cabezazo que se fue apenas desviado. A los 31, Tomás Ojeda probó desde afuera del área y obligó a Rossi a volar al ángulo.

Flamengo, con la jerarquía de siempre, apostó a la contra. De Arrascaeta y Pedro inquietaron con pinceladas de talento, pero Cambeses respondió seguro bajo los tres palos. El duelo fue de dientes apretados, con más emoción que juego.


Coraje sin recompensa

En el complemento, Racing salió decidido a todo. La expulsión del ecuatoriano Gonzalo Plata, a los 55 minutos, desató el delirio en las tribunas. Con un hombre más, Costas movió el banco: ingresaron Hauche y Quinteros para sumar vértigo. El equipo se volcó completamente al ataque.

Los últimos treinta minutos fueron un monólogo académico. Posesión superior al 62 %, 15 tiros totales (7 al arco) y 12 córners a favor marcaron la tendencia. Pero el arco rival seguía cerrado. Rossi, figura indiscutible, tapó tres pelotas de gol y sostuvo a un Flamengo cada vez más replegado.

A los 78 minutos, Sigali cabeceó tras un centro de Rojas y la pelota rozó el travesaño. En el descuento, Almendra tuvo la última: un zurdazo que besó el palo y paralizó los corazones. El grito de gol quedó atragantado entre la multitud.


El final del sueño

El pitazo final encontró a los jugadores de Racing exhaustos, tirados en el césped, y a los hinchas aplaudiendo de pie. El 0-0 fue demasiado castigo para el esfuerzo mostrado. Flamengo celebró el pase a la final gracias al 1-0 obtenido en la ida, pero se fue sabiendo que sufrió.

Costas abrazó uno a uno a sus futbolistas. En las tribunas, el canto “Racing, mi buen amigo” sonó más fuerte que nunca. Fue una eliminación con orgullo, una de esas derrotas que fortalecen el sentido de pertenencia.


Lo que deja esta Copa

El recorrido de Racing en esta Libertadores fue el mejor de los últimos años: semifinalista invicto de local, con una identidad clara y un plantel que combinó juventud y experiencia. Costas recuperó el alma competitiva, consolidó a figuras como Nardoni y Cambeses, y revalorizó a históricos como Sigali y Rojas.

Sin embargo, el gran déficit fue la falta de efectividad en los metros finales. En 12 partidos del certamen, Racing convirtió 17 goles, pero apenas uno en los últimos cuatro. Los dirigentes ya piensan en reforzar la delantera y mantener la base del equipo para volver a pelear en 2026.

La hinchada lo sabe: la Academia está viva. No levantó la Copa, pero recuperó algo tan importante como un título: la ilusión colectiva.


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