En plena ronda de indagatorias por el escándalo de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad, Miguel Ángel Calvete optó por no declarar ante el juez Sebastián Casanello. Entre audios, chats y registros fotográficos, la trama alrededor de Milei se vuelve cada vez más difícil de sostener.
Por la Redacción de Noticias La Insuperable

La maquinaria de la impunidad volvió a girar en Comodoro Py. Este martes, el empresario y lobista Miguel Ángel Calvete —señalado por la Justicia como uno de los engranajes centrales del presunto sistema de coimas dentro de la ANDIS— decidió no decir una sola palabra frente al juez Sebastián Casanello. La causa, hoy una de las más sensibles del año para el gobierno de Milei, busca reconstruir un esquema de manejos fraudulentos y direccionamiento de contratos que operó aproximadamente durante un año bajo la conducción de Diego Spagnuolo.
La semana clave de las indagatorias
La ronda de declaraciones continuará este miércoles con la citación del propio Spagnuolo, apuntado como presunto jefe de la organización que habría montado un sistema de sobreprecios millonarios. Todo indica que su testimonio será decisivo, no sólo por su rol jerárquico sino porque su nombre aparece una y otra vez en los intercambios recuperados por el fiscal federal Franco Picardi.
Entre esos elementos figura un mensaje de WhatsApp que Calvete envió a un contacto para solicitar “cinco palos” en efectivo “para el boludo del pelado”, frase que los investigadores creen dirigida al entonces titular del organismo. Un pedido tan burdo como revelador del nivel de desparpajo con el que funcionaba la trama.
El audio que prendió las alarmas
Pero la situación de Calvete se complicó aún más con la difusión, el viernes pasado, de un audio en el que se lo escucha dialogar con una exempleada de la ANDIS. En esa conversación, de tono tenso y cargada de incriminaciones cruzadas, la mujer le advierte: “Paré los pagos, sólo pagué dos cosas tuyas, personales. No se paga a nadie”.
A medida que la charla avanza, ambos discuten cómo continuar con el mecanismo de retornos y descuentos:
“Pedile un 25% o 30% de descuento y se le paga al contador cuando entre el pago. Tienen que entrar un montón de pagos”, indica Calvete, dando por sentado un circuito de plata que se movía con total naturalidad.
La conversación se vuelve todavía más explícita cuando debaten dónde depositar una suma sospechosa:
La empleada advierte: “No se puede transferir a lo de Piero. Hay quilombo. No sé otro lugar”.
Calvete remata: “Dejame que lo llamo y te aviso”.
Nada parece dejar lugar a la duda.
Pruebas que se acumulan y un vínculo inocultable
Mientras tanto, la relación entre Calvete y Spagnuolo ya no es un misterio. Existen registros fotográficos que prueban que el entonces titular de la ANDIS visitó el domicilio del lobista, quien a su vez manejaba negociaciones con distintos laboratorios. Un vínculo directo y difícil de justificar, más aún cuando se lo ubica en el corazón del presunto esquema ilegal.
La investigación sigue sumando elementos, contradicciones y silencios estratégicos. Lo único claro, por ahora, es que la causa avanza y que el hermetismo de Calvete está lejos de frenar un escándalo que ya salpica a todo el entramado político y empresarial que orbitó alrededor de la ANDIS durante el último año.
Descubre más desde Noticias La Insuperable
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
