Las PyMEs industriales en caída libre: diez trimestres de contracción, avance importador y pagos al límite

La industria PyME atraviesa una de las peores coyunturas de las últimas dos décadas. La actividad acumula diez trimestres consecutivos de caída, las importaciones ganan terreno a niveles récord y más de un tercio de las empresas ya enfrenta serias dificultades para cumplir con sus compromisos. El dato surge del último informe del Observatorio PyME, que también advierte señales preocupantes en el sector del software, históricamente más resiliente.

Por Roque Pérez para NLI

El relevamiento, realizado entre el 29 de septiembre y el 23 de octubre sobre una muestra representativa de 425 PyMEs manufactureras y 104 firmas de software y servicios informáticos, confirma que el llamado “equilibrio” macroeconómico se sostiene sobre una economía real cada vez más debilitada. Lejos de derramar, el ajuste golpea de lleno al entramado productivo nacional.


Diez trimestres en rojo y empleo en retroceso

Según el informe coyuntural del tercer trimestre de 2025, la producción industrial PyME acumuló una caída del 4,1% en lo que va del año y se desplomó 7,5% interanual frente al mismo período de 2024. Se trata del décimo trimestre consecutivo de contracción, una racha inédita desde que el Observatorio comenzó a medir la serie.

El impacto también se siente en el empleo. Aunque el ritmo de caída se desaceleró, el sector sigue destruyendo puestos de trabajo: el empleo industrial PyME registra una baja del 4,6% interanual en el acumulado al tercer trimestre. Menos producción, menos ventas y menos trabajo: un círculo que se retroalimenta.


Costos en alza, precios pisados y rentabilidad en caída

El deterioro se profundiza por la presión de los costos. El 81% de las empresas declaró aumentos en sus costos de producción, impulsados por insumos dolarizados, tarifas y logística. Sin embargo, solo el 47% logró trasladar esos incrementos a precios, aun en un contexto de aceleración del tipo de cambio.

El resultado es una compresión brutal de los márgenes de rentabilidad. La mayoría de las PyMEs produce más caro, vende menos y cobra tarde, una combinación explosiva para empresas con escaso acceso al financiamiento y espalda limitada.


Importaciones récord y China como principal amenaza

Uno de los datos más alarmantes del informe es la pérdida de mercado frente a productos importados. El 37% de las PyMEs industriales aseguró haber reducido su participación en el mercado local por la competencia externa, el valor más alto desde que existe la medición, iniciada en 2007.

Entre quienes identifican una amenaza importadora, China concentra el 73,3% de las respuestas, consolidándose como el principal origen de los productos que desplazan a la industria nacional. La combinación de apertura comercial, atraso relativo de la demanda interna y bajo dinamismo de las ventas deja a las PyMEs en una situación de extrema vulnerabilidad.


Cadena de pagos al borde del colapso

La contracción de la actividad ya se traduce en tensiones financieras concretas. El 52% de las empresas señaló retrasos en los pagos de sus clientes, mientras que un 35% reconoció dificultades para cumplir con proveedores, bancos y obligaciones tributarias.

La cadena de pagos empieza a mostrar signos de estrés generalizado, anticipando un escenario de mayor morosidad, cierres y concentración económica si no hay cambios en la orientación de la política económica.


Software y servicios: se frena el “sector estrella”

Ni siquiera el sector del software y los servicios informáticos logra escapar del enfriamiento general. Aunque sigue mostrando mejores indicadores que la industria manufacturera, el informe detecta los primeros signos de contracción del empleo desde la pospandemia.

En el tercer trimestre de 2025, el empleo del sector cayó 0,8% interanual, la primera baja desde mediados de 2021. Además, la proporción de empresas que registraron aumentos en las ventas se redujo del 75% al 66%.

La confianza empresarial también se deterioró. El Índice de Confianza Empresarial PyME del sector se ubicó en 50 puntos, el nivel exacto de indiferencia. Mientras las expectativas futuras siguen siendo relativamente positivas, las condiciones actuales se desplomaron a 43 puntos, reflejando el impacto del contexto macroeconómico.


Ajuste macro, crisis micro

Los datos del Observatorio PyME exponen con crudeza el contraste entre el discurso oficial y la realidad productiva. La estabilidad nominal, cuando existe, se construye sobre una economía real en recesión prolongada, con pérdida de empleo, cierre de empresas y sustitución de producción nacional por importaciones.

Para las PyMEs —columna vertebral del empleo y la producción en la Argentina— el panorama es claro: sin mercado interno, sin financiamiento y sin protección frente a la avalancha importadora, el “orden” económico se parece cada vez más a una antesala de desindustrialización.


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