Tras la primera tanda de indagatorias en la causa por sobreprecios, retornos y direccionamientos en la compra de medicamentos en Andis, Diego Spagnuolo presentó un escrito explosivo donde intenta despegarse de toda responsabilidad y desplaza el foco hacia otro funcionario del propio esquema libertario.
Por Roque Pérez para NLI

Acusaciones cruzadas en el corazón de la Andis
La causa por las maniobras ilegales en la Agencia Nacional de Discapacidad —una estructura señalada para la recaudación de Karina Milei— acaba de sumar un capítulo interno que podría tensar aún más el expediente.
En su descargo, el extitular de Andis, Diego Spagnuolo, no solo evita negar que existieran sobreprecios, direccionamientos y retornos, sino que desliza que el verdadero responsable sería Diego Garbellini, exdirector de Acceso a Servicios de Salud, también imputado.
La periodista Irina Hauser destacó que la estrategia de Spagnuolo consiste en remarcar que “era imposible que haya intervenido en los procesos de contratación porque no tenía facultades para hacerlo”. El exfuncionario insiste en que se pretende mostrarlo como jefe de “una estructura de miles de millones” cuando en los audios aparece mencionado un presunto retorno de apenas cinco millones de pesos, cifra que además él afirma que ni siquiera está probada.
Los audios que incomodan a Milei, Karina y “Lule”
Spagnuolo vuelve a atacar la autenticidad de los audios difundidos por Carnaval Stream, pero sin negar su contenido, que lo compromete de manera directa. En esos registros —atribuibles a él— se escucha un señalamiento contundente hacia las internas del propio gobierno: menciona a “Lule” Menem, afirma que “lo pusieron a un delincuente a manejarle la caja” y que ese funcionario “venía de la gestión de Macri”. En otro tramo asegura haber puesto al tanto a Milei y menciona sus chats con Karina, acusando que “me metió al más importante de todos. Para chorear”.
Aunque el descargo intenta objetar la validez técnica de los audios, la propia Cámara Federal reconoció que deberán ser peritados de manera formal. El peritaje privado que Spagnuolo presentó —realizado por un especialista español— no es concluyente: admite que no puede determinar si hubo o no manipulación.
La disidencia del camarista Eduardo Farah, como recordó Hauser en su nota, remarcó que los audios “ofrecen un relato verosímil y con datos precisos”, lo que refuerza su valor indiciario.
Negocios, visitas y una mochila que pesa
Pese a insistir en que no tenía facultades para direccionar compras, Spagnuolo no pudo explicar por qué el lobista y empresario Miguel Ángel Calvete —pieza clave en toda la operatoria— lo visitó cinco veces en su casa de un barrio privado de Pilar. Tampoco aclaró por qué, según chats secuestrados, Calvete decía que debía “facilitarle cinco millones de pesos” para un supuesto viaje a Israel.
Spagnuolo dice que el viaje no existió, que la foto en la que aparece con una mochila en la casa de Calvete fue tomada “dos meses después”, y que todo se basa en “dichos indirectos”. Sin embargo, la acusación no se apoya solo en testimonios: también en visitas, registros de llamadas, vínculos y diálogos recuperados incluso de teléfonos que habían sido parcialmente borrados.
A esto se suma otro dato incómodo: en su caja de seguridad se encontraron 80.000 dólares, cuando solo tenía declarados 25.000. El exfuncionario intenta justificarlo diciendo que el dinero había sido guardado antes de su paso por el Estado. Una explicación que, como mínimo, deja más dudas que certezas.
Tampoco pasan inadvertidos la máquina contadora de billetes hallada en su casa, ni las refacciones detectadas por la fiscalía. Spagnuolo sostiene que la máquina la usaba para tareas anteriores en una cooperadora de salud y que las reformas no fueron millonarias. “Soy una persona soltera y sin hijos”, añadió, como si eso despejara sospechas patrimoniales.
La causa sigue creciendo: nuevas indagatorias y más vínculos con Calvete
Mientras Spagnuolo intenta salvarse arrojando sombras sobre Garbellini, el juez Sebastián Casanello avanza con nuevas indagatorias.
Entre los convocados figura Ornella Calvete, hija del lobista, que hasta hace semanas ocupaba un puesto clave en la Secretaría de Industria. Su caída fue abrupta: en su casa encontraron 700.000 dólares y chats donde se mencionaban reuniones con empresas favorecidas en las adjudicaciones.
También deberán declarar:
- Julio César Viera, señalado como quien trasladaba dinero por órdenes de Calvete.
- Diego D’Giano, director de Prestaciones Médicas de Andis, con diálogos comprometedores en los que participa Calvete.
- Patricia Canavesio, otra operadora del entramado.
La causa avanza y, como advierten fuentes judiciales, “todavía no se sabe hasta dónde llegará”. Lo que sí parece claro es que cada vez son más las piezas de un mismo engranaje que, lejos de ser casos aislados, dibujan el mapa del Estado paralelo que creció bajo la gestión de Milei, con negociados que se extendieron desde la Andis hasta áreas industriales.
Y ahora, con los altos mandos libertarios tirándose entre sí, el escándalo recién empieza a mostrar su verdadero tamaño.
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