El maestro quemado

Es afuera del aula, y no adentro, donde acecha la alienación docente. En el burócrata que le pide otra planilla de Excel al profesor, en el ministro que los llama «vagos», en la exclusión que se mete en la sangre del alumno en forma de falopa. Lo artesanal de la docencia pasa por transitar la cornisa entre el acto educativo y las variables que le «queman la cabeza» al maestro. Y aunque las fábulas románticas sobre la escuela mienten, es el cariño por el trabajo escolar lo que hace un diferencial decisivo en la enseñanza.