Serían únicos en todo el Sistema Solar.
Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

Cuando la sonda de la NASA New Horizons se aproximó a tan solo 12.500 kilómetros de la superficie de Plutón, lo más cerca que jamás ha estado la tecnología humana de ese mundo helado, los científicos quedaron desconcertados: las imágenes revelaron dos extrañas y enormes montañas en cuyas crestas se encontraban una suerte de cráteres que sugerían que aquello podría ser algo parecido a volcanes.
Las bautizaron como Wright Mons y Picard Mons. Hoy día, luego de mucha investigación, se ha determinado que Plutón está esculpido por criovolcanes que tendrían un tipo y escala jamás contemplados en todo el Sistema Solar.
Las conclusiones fueron publicadas este 29 de marzo en la prestigiosa Revista Nature, donde un grupo de investigadores interdisciplinarios encabezados por la científica planetaria Kelsi Singer, concluyó en base a las imágenes del New Horizons que los terrenos en Plutón abarcan una variedad de edades, que van desde áreas relativamente antiguas con muchos cráteres hasta superficies muy jóvenes con pocos o ningún cráter de impacto.
Una de las regiones con muy pocos cráteres de impacto está dominada por enormes elevaciones con flancos amontonados. Características similares no existen en ningún otro lugar del sistema solar fotografiado.
Situados en la llanura en forma de corazón Sputnik Planitia, estas formaciones alcanzan los 7.000 metros de altitud y entre los 10 a 150 kilómetros de ancho. Desde su descubrimiento, la zona ha llamado mucho la atención de los científicos, ya que aquellas formaciones tan masivas en un lugar sin apenas cráteres de impacto sugerían que algún tipo de mecanismo geológico esculpió el terreno hace relativamente poco tiempo. Sin embargo, Plutón se encuentra a casi 40 veces la distancia de la Tierra al Sol y, aunque tiene un núcleo rocoso, se cree que su temperatura fue relativamente baja durante toda su formación, más aún al final de su creación. O eso se pensaba hasta ahora.
Los investigadores creen que en algún momento de la historia ‘reciente’ del planeta enano, en aquella zona aparecieron no una lava incandescente como ocurre aquí en la Tierra, sino lodos de agua fangosa emergiendo por estos cráteres helados junto con elementos ‘anticongelantes’ tales como amoníaco o metano.

«Todo indica a que no era líquido, ya que el ambiente es demasiado frío: la temperatura media de la superficie de Plutón es de aproximadamente 40 Kelvin (-233 C)», explica Singer al diario británico ‘The Guardian‘. «Probablemente sería más un material fangoso, o incluso podría ser en su mayoría un sólido, como un glaciar, pero que aún puede fluir mínimamente».
Cuando emergen sobre la superficie, al contacto con las condiciones heladas de este mundo en la oscura y remota zona del Cinturón de Kuiper, estas ‘lavas’ se solidifican, creando nuevas laderas, sobre todo en la parte alta, cerca de las ‘bocas’ de los volcanes. Además, el equipo señala que no existen solo dos cráteres sobre Wright Mons y Picard Mons, sino varios más pequeños que se han fusionado para dar lugar al atípico terreno montañoso, parecido a una especie de fango solidificado que no se da en ningún otro lugar del Sistema Solar. Y eso a pesar de que se ha descubierto en los últimos años actividad criovolcánica en el planeta enano Ceres, en las lunas Titán y Europa, incluso en un satélite natural del propio de Plutón, Caronte. De hecho, es tan masivo, que los investigadores han comparado el tamaño de estos criovolcanes en volumen con el volcán hawaiano Mauna Loa, uno de los más grandes de la Tierra. «La extrusión de material helado sobre la superficie de un cuerpo con temperaturas extremadamente bajas, baja presión atmosférica, baja gravedad y la abundancia de hielos volátiles que se encuentran en la superficie de Plutón lo hacen único entre los lugares visitados en el Sistema Solar», escriben los autores.