Se hallaron en Canadá y se remontan a hace unos 4280 millones de años.
Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

Un equipo internacional de científicos dio con los rastros más antiguos, a la fecha, de formas de vida en nuestro planeta. Los mismos hallaron una piedra fósil con signos de vida que se remontan a hasta 4280 millones de años, y publicaron su descubrimiento en la prestigiosa revista Science Advances.
Dirigidos por Dominic Papineau, del University College of London, afirman que “utilizando muchas líneas de evidencia diferentes, nuestro estudio sugiere fuertemente que un número de diferentes tipos de bacterias existieron en la Tierra entre 3750 y 4280 millones de años. Esto significa que la vida podría haber comenzado tan solo 300 millones de años después de la formación de la Tierra. En términos geológicos, esto es rápido: aproximadamente una vuelta del Sol alrededor de la galaxia”.

Las evidencias fueron descubiertas en una pequeña roca, hallada en 2008 por Papineau en el Cinturón de rocas verdes de Nuvvuagittuq, en Quebec, Canadá. En un estudio de 2017, el equipo encontró filamentos, protuberancias y conductos en la piedra que parecían haber sido creados por bacterias.
Sin embargo, algunos expertos pusieron en tela de juicio que las marcas, que datan de unos 300 millones de años antes de lo que se considera como la primera señal de vida antigua, fueran de origen biológico. Tras realizar un análisis más detallado durante los años posteriores, el equipo halló un tallo con ramas paralelas en un lado de casi un centímetro de longitud, así como centenares de estructuras esféricas distorsionadas cerca de tubos y filamentos.
Además de analizar los especímenes de roca bajo varios microscopios ópticos y Raman (que miden la dispersión de la luz), el equipo de investigación también recreó digitalmente secciones de la roca usando una supercomputadora que procesó miles de imágenes de dos técnicas de imágenes de alta resolución. La primera técnica fue micro-CT, o microtomografía, que utiliza rayos X para observar la hematites dentro de las rocas. El segundo fue un haz de iones enfocado, que raspa minúsculos, de 200 nanómetros de espesor, rebanadas de roca, con un microscopio electrónico integrado que toma una imagen entre cada rebanada.

Los especialistas estiman que algunas de estas estructuras sí podrían generarse a través de reacciones químicas casuales, pero el tallo, con alta probabilidad, fue de origen biológico, ya que no se ha encontrado ninguna estructura como está generada solo por la química, explican en un comunicado desde University College of London.
Además, los científicos descubrieron subproductos químicos mineralizados, que indican que las bacterias, que dejaron señales de vida en la piedra, se alimentaban de hierro y azufre, así como también del dióxido de carbono mediante una forma de fotosíntesis en la que no interviene el oxígeno.