En el día de ayer, por la noche, se vivieron momentos «raros» en la pantalla del cable.
Por Tomás Palazzo para Noticias La Insuperable

Como si fuera un antiguo «cine continuado», ayer se vivieron dos películas en la pantalla de C5N, pero con argumentos del mismo tenor. Los programas que encabezaron el «Gato» Sylvestre y Pablo Duggan, resaltaron por dos cuestiones que, de tan semejantes, parecían una bajada de línea editorial o, al menos, guionadas y que, para el público, no pasaron desapercibidas,
En primer lugar, durante el desarrollo de Minuto Uno, el periodista Gustavo Sylvestre presentó las boletas de candidatos de los diferentes espacios.
En primera instancia, con el fondo de pantalla de las boletes de todos los candidatos, se refirió a las de Unión por la Patria (UP). Allí tuvo un conmovedor discurso cantando loas y dando vítores por la fórmula «de la unidad», tal cual llamaba a la de Sergio Massa y Agustín Rossi. Exultante, casi a los gritos, no dejó de alabar durante varios minutos el consenso obtenido y lo acertado de proponer a Massa como «el candidato».
Pero, a continuación tuvo que referirse a la «otra» fórmula» de UP, la de Juan Grabois y Paula Abal Medina. Y allí bajo sensiblemente su tono de voz, y le dedicó escasos tres segundos para simplemente afirmar «Y está esta otra de Grabois que expresa el pensamiento de una clara minoría«.
El ninguneo fue tal que en las redes no lo dejaron pasar:
Pero la cosa no quedó ahí en la pantalla de C5N. A Sylvestre le continuó Pablo Duggan con Duro de Domar. El conductor, cuando salió el tema de la candidatura de UP, solamente hacía referencia a Sergio Massa, también con grandilocuentes palabras, ninguneando alevosamente la boleta de Grabois.
En un momento del programa, uno de los panelistas, el dirigente social Pitu Salvatierra, tuvo el «descaro» de mencionar que, en realidad, UP va a atravesar unas PASO donde hay dos candidatos. Duggan interpuso su voz para interrumpirlo y, totalmente falto de profesionalismo, dijo que Grabois «era solo un 3%» y que «era amigo de Pepín» (falacia y relación ya largamente aclarada por el candidato).
Allí reaccionó Salvatierra, visiblemente molesto con el conductor, y le echó en cara a Duggan que eso era campaña sucia y que no era parte del acuerdo que debían mantener los candidatos.
En tanto, mientras Hamilton aseguraba sin medias tintas que el kirchnerismo ya fue, que fueron doce años buenos pero ya había terminado, Julia Mengolini decia por lo bajo que había que esperar a ver cuánto sumaba Grabois, que podía dar el batacazo.
Pero todo esto sucedía en un ambiente donde, al parecer, la libertad de expresión parece haber sido cercenada y solo hay un norte, que sería Sergio Massa. Porque la cosa parece no terminar ahí…
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