Los supremos volvieron a favorecer, como siempre, al expresidente.
Por Guillermo Carlos Delgado Jordan para Noticias La Insuperable

Nuevamente, por infinitésima vez, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se las ingenió para favorecer al expresidente Mauricio Macri en una causa que lo tenía muy comprometido por un manejo de dineros oscuros de una de sus empresas, de la que cobró millones a pesar de que daba pérdidas.
Antecedentes
En abril de 2021, la Inspección General de Justicia solicitó que se declare nulo el fideicomiso ciego que había “armado” el expresidente Mauricio Macri, por presentar numerosas irregularidades, detectándose transferencias ilegales por más de 54 millones de pesos a Macri durante su presidencia de una sociedad en la que tenía acciones Juliana Awada, su esposa.
Por ese entonces la IGJ remarcó que todo lo que hizo Macri con su fideicomiso ciego fue irregular. Por empezar, que la figura del fideicomiso ciego no existe en Argentina, que Macri en su declaración jurada como Presidente puso un patrimonio con un monto de fantasía que era 5 veces menor solo a lo que su hermano Gianfranco declaró en la amnistía fiscal y aún así no incluyó todos sus bienes en ese fideicomiso, que le dio el manejo de esa parte de su patrimonio a una empresa fundada por un funcionario propio y, para colmo, que nunca perdió el manejo de esa porción de su patrimonio y lo hacía a través de Laura Alonso, por entonces titular de la Oficina Anticorrupción. Pero lo más notable es que Macri recibió 54 millones de pesos en cuatro transferencias ilegales.
En tanto, la Oficina Anticorrupción (OA) estableció que «la saga de maniobras reticentes e ilícitas concretadas por Agro G S.A., que consistieron en omitir deliberadamente la comunicación a la IGJ del aumento de capital social resuelto el 02/09/13, y de asentar en los libros de acciones la titularidad de las 5.064.938 acciones preferidas, se conjugan con la conducta concretada por el propio Mauricio Macri consistente en omitir maliciosamente la declaración de su real tenencia accionaria en dicha sociedad, en la Declaración Jurada Patrimonial correspondiente al año 2015, presentada ante esta Oficina Anticorrupción. Así las cosas, queda claro que las conductas clandestinas de Agropecuaria del Guayquiraró S.A. y maliciosas de Mauricio Macri, han tenido como finalidad última a la vez que ocultar que la adquisición de las 5.064.938 de acciones preferidas por parte de este último se consumaron con dinero espurio, el exteriorizarlas para darle apariencia lícita. Por otra parte, no puede soslayarse que la adquisición de las acciones preferidas de Agro G S.A., le permitieron al Fideicomiso Ciego de Administración hacerse de $ 54.286.824 entre 2017 y 2020, suma que el 20/02/20 al finalizar el contrato de fideicomiso, fue reintegrada a Mauricio Macri. En esta inteligencia, Mauricio Macri se alzó con $ 54.286.824 resultando el único socio de Agro G S.A. que retiró dividendos en los últimos 10 años, mientras el resto de los accionistas consentían dicha situación que ocurría tanto cuando los resultados de los ejercicios anuales arrojaban ganancias, como cuando representaban quebrantos , lo que como se explicara oportunamente, viola lo establecido por los artículos 68 y 224 de la ley 19.550«.
En septiembre de 2022, la Cámara Nacional en lo Comercial rechazó por «no existir caso» recursos de apelación del expresidente Mauricio Macri y de la firma «Seguridad Fiduciaria SA» contra una resolución de la Inspección General de Justicia (IGJ) que promovió la nulidad del llamado «Contrato de Fideicomiso Ciego de Administración». El fallo de la sala C de la Cámara Comercial advirtió sobre «actuaciones que, tanto de un lado como del otro, exhiben la pretensión de usar al Poder Judicial con finalidades políticas que le son ajenas«.
Al resolver sobre el recurso directo de apelación que presentó Macri contra esta decisión, la sala C del Tribunal de Apelaciones integrado por la jueza Julia Villanueva y el juez Eduardo Machin, consideró que el contrato del fideicomiso debatido «no existe más».
Luego de esto, desde la IGJ, a través de la Resolución Particular 1278/2022, promocionaron ante el fuero comercial, «una acción judicial tendiente al nombramiento de un interventor judicial, el carácter de interventor ejecutor, a los fines de llevar a cabo el cumplimiento de la sentencia dictada por la Sala C» y que Mauricio Macri proceda al reembolso de los 54 millones más los intereses pertinentes.

La Cámara en lo Comercial desautorizó la denuncia de la IGJ por falta de representatividad y por vencimiento de los plazos para cuestionar la operatoria, sin ahondar en lo absoluto en el origen de los 54 millones (poco más de un millones de dólares del momento).
«El Organismo no tiene legitimación para controlar esos actos y las acciones respectivas se encuentran caducas», señalaron desde la Cámara indicando que el plazo para las objeciones es de tres meses. El Fideicomiso se había establecido en abril de 2016 (¿se imaginan en esos momentos a Germán Garavano denunciando a su Jefe?).
Corte Suprema
Ante lo resuelto por la Cámara, la IGJ fue al único lugar donde podía: La Corte Suprema. Una vez recibida, Rosatti, Rosenkrantz, Maqueda y Lorenzetti, la amasaron un poquito y la dejaron macerar esperando nuevos aires políticos.
Finalmente llegaron con Milei y, por unanimidad, los cuatro jueces rechazaron los recursos de queja presentados por la IGJ durante la gestión de Ricardo Nissen. Y para hacerlo, le buscaron el pelo al huevo, señalando que la IGJ «no ha cumplido con el Art. 4° del reglamento aprobado por acordada 4/2007, pues el recurso de queja excede el número máximo de páginas permitido«.
La Justicia quedará para otro momento.
Siempre un Caputo en el medio
Una de las figuritas de moda (por estár presente y porque parece vivir en una pasarela) del nuevo gobierno es Santiago Caputo, al que Milei llamó como el «verdadero arquitecto» de su victoria. Santiago es hijo de Claudio Alejandro Gustavo Caputo, fallecido el año pasado y primo segundo de todos los Caputo: Nicky, Toto, y los que pusieron guita en Revolución Federal también.
Claudio Alejandro Gustavo Caputo fue escribano y, en septiembre de 2017, fue electo presidente del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires.

Cuando falleció, por junio del año pasado, más allá de los respetuosos saludos de los primos «Caputo» famosos y de los amigos del Country Martindale, un sentido mensaje le dejó en su obituario un escribano, Gonzalo Fernández Ferrari quien «con mucha tristeza, despide a quien fuera su guía y amigo íntimo de su padre José María».

El dicho José María, amigo íntimo del padre del «arquitecto», también fallecido, no es otro que José María Fernández Ferrari, el hombre que «armó» el famoso «Fideicomiso Ciego» de Mauricio Macri, el que utilizó durante su presidencia para lavar su imagen (y otras cosas) y con el cual, ahora, acaba de recibir una generosa mano de la Corte Suprema.
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