Así lo aseguró el presidente de la cámara aceitera.

En medio de una gran crisis argentina, el presidente de la cámara exportadora cerealera Ciara-CEC, Gustavo Idígoras, aseguró no ver un futuro alentador en el sector agroexportador argentino y vaticinó un catastrófico panorama.
Según reveló el sector, principal abastecedor de dólares de exportación a la economía, “va al fracaso total”. También analizó que en el futuro la soja “desaparecerá” y que la Argentina es “un jubilado de la agricultura”.
En ese sentido, aseguró que se trata de un escenario “irreversible” por “una acumulación de distorsiones” en los últimos años y por la competencia global que naciones vecinas y los Estados Unidos representarán para el país. “Paraguay se va a convertir en la gran fábrica, detrás de Brasil, y por eso en pocos años el polo industrial del Gran Rosario no va a tener ningún sentido de existir”, sostuvo Idígoras en declaraciones al portal Rosario3.
En esa misma línea, señalan desde C5N, el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina, indicó que “el partido lo perdimos, no hay vuelta atrás”. “Argentina es un jubilado de la agricultura y vamos al fracaso total de la industria aceitera” remarcó y detalló que “no hay una sola inversión global” que se piense para la industria aceitera Argentina, sino todo lo contrario: “Hay visiones globales de desinversión sobre el Gran Rosario”.
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Gracias a las babosas lobotomizadas que votaron a Macri y a Miley, la Argentina YA FUE: la deuda que Macri nos dejó es impagable y- en todo caso- los que saben de economía nos dicen que solo nos liberaríamos – si todo fuese bien-en 100 años. Ni siquiera esto será posible ya que el gobierno de Alberto Fernández decidió pagarla ( contrariando el consejo de Lula de que no lo hiciese ). Y sobre llovido, mojado: las mismas focas aplaudidoras que votaron a Macri ahora lo hicieron con Niley. Seremos una colonia y viviremos en la pobreza eterna.
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Las consecuencias de la robotización, globalización y la “tercera revolución industrial” se debe cuestionar en sectores como el comercio, la oferta audiovisual, servicios profesionales, financieros, de atención al público, por nombrar algunos, los cuales son crecientemente sustituidos por software u ofertados digitalmente desde el exterior. Esto es el resultado de la aplicación del «libre mercado», una vez más, sin retroceder demasiado desde la dictadura genocida y el terrrorismo ecónomico neoliberal impuesto en el ´76 hasta los intentos en lo que va -ahora en lo profundo con una dogmática ultraliberal- al presente del Siglo XXI; destruyendo empleos, no sólo en la industria, sino que también lo hará en los servicios. Empujando masivamente a la población hacia el desempleo y la informalidad.
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