
Primera parte del Ajedrez Olímpico en el Gran hotel Budapest. 45th FIDE Chess Olympiad.
Por Polgarcito para Noticias la Insuperable ·
Periodista: “Siendo usted graduado en literatura inglesa,
¿por qué nunca ha emprendido una carrera literaria”.
Desmond: “Solo era capaz de trabajar en la playa,
y nunca dejaba de entrarme arena en la máquina de escribir.”

Parafraseando a nuestro amigo Paul, uno de los grandes saxofonistas del siglo XX (¿habrá gente aquí que todavía no haya escuchado Take Five?), nosotros también jugamos en lugares donde se nos filtra la arena de la fantasía.
Lo que sigue no será una crónica necesariamente ordenada ni estrictamente realista. No pretendemos hacer un análisis riguroso de todas las partidas y cada ronda, o centrarnos en aspectos puramente técnicos (todos estos son asuntos abundantemente abarcados en múltiples canales de información). Será un viaje imaginario a Budapest desde nuestras playas personales. Al fin y al cabo, somos apenas unos niños que solemos estar a buena distancia de los hechos, y ya Novalis nos enseñó: “Todo lo lejano resuena como belleza”.
“Dejé de ser famoso antes de ser conocido”
Al entrar al salón de juego el marco se nos vuelve intimidante y, a la vez, festivo: unos 380 equipos con sus jugadores, sus capitanes y dirigentes, más los organizadores, árbitros y público general hacen de todo este paisaje algo exótico y atrayente. Leyendas y jugadores de la elite mundial junto a ignotos de todas partes. Uno siente que no va a tener tiempo de conocer a tantas personas interesantes en tan pocos días.
Pero entre tantas caras yo busco una, principalmente una, la cara de Judit.

“Hacemos lo nuestro como si estuviéramos pasados de moda,
cosa que, por supuesto, puede que esté ocurriendo”
Empieza el torneo. Presto especial atención a nuestros representantes. Naturalmente hay muchos nervios y ansiedad. Esta es una ocasión de privilegio (¡representar a un país con una tradición ajedrecística tan rica!) y para algunos, además, es su primera vez. Para otros, es como si lo fuera también, pues retornan después de bastante tiempo a una cita de este nivel.
Las primeras dos rondas presentan la oportunidad de debutar ante rivales teóricamente inferiores, y nuestros Maestros y Maestras pasan la prueba, aunque no sin algún sobresalto importante (y sino preguntemos a Rubén Felgaer o Diego Flores: el ajedrez global se ha emparejado, y el ELO o la titulación FIDE ya no es ninguna garantía de una partida tranquila). Fue 3 ½ a ½ y 2 ½ a 1 ½ en la sección Abierta frente a la Isla de Man y Nueva Zelanda, respectivamente. Y en la sección femenina fue 4 a 0 tanto frente a Marruecos como ante Venezuela.
La verdadera olimpiada “empieza” en la tercera ronda. Allí nos esperan Polonia (preclasificado 11 en el Abierto) y Azerbaiyán (número 6 entre las mujeres). Son cruces muy duros. Se nota la adrenalina en los rostros, la tensión en aumento. Y hay una preparación especial para sorprender a jugadores conocidos, como la estrella mundial Jan-Krzysztof Duda. Lo siento mucho por la tierra que nos ha dado a Chopin, a Rubinstein (¡a Najdorf!) y a Kieslowski, pero pese a todo esto, ¡les quiero ganar igual!
Pero no. Evidentemente desde algún lugar del cielo que les toca a los genios mencionados, alguien me ha oído y he sido castigado por mi osado deseo. Sólo Tomás Sosa (paciente victoria de negras sobre M. Bartel) ha sobrevivido a la maldición que bajó sobre nuestros tableros, en particular el de Diego Flores que, buscando las alturas, se acercó tanto al sol que terminó saliendo muy chamuscado. De todas formas, tengo para mí que el bueno de Don Miguel, haciendo una travesura a favor de los argentinos, intervino en el cuarto tablero especialmente en la jugada 46.

Las blancas eligieron 46.Txd4? (parece más tenaz 46.f5)
y facilitan el triunfo de las negras.
En cuanto a nuestras Maestras, fue un verdadero placer seguir viendo la solidez de Candela (yo la nombro así, simplemente Candela): le ganó a quienes debía en las primeras rondas ahora y empató con facilidad ante una rival de 150 puntos más de ELO. También la valentía y creatividad de María José Campos que, en un momento crítico (¿inventó el recurso ante el tablero, o lo habrá preparado en casa y por eso jugó confiada 17.Tac1?), elige el camino de una dama que sacrifica la dama para cambiar el carácter de la posición y luchar por la victoria de “las Damas Olímpicas”. ¡Y lo logró! Su rival, Fataliyeva (parece que llevaba en su nombre el sino de ese día), pierde la brújula y a partir de la movida 24 casi que no acierta una buena jugada más.

Las blancas realizan la sorprendente 24.Dxb6! y ganan con brillantez.
Si el match contra la poderosa Azerbaiyán no fue una victoria sólo se debió a que la maldición que esquivó Sosa entre los varones cayó sobre Claudia Amura. Su juego remite al de Flores de esa ronda, una ambición inusitada (sigo sin entender 13.h4? y 16.g4?) que es castigada de manera ejemplar.

Las negras han jugado 16…Dd5! y el juego superficial blanco quedó expuesto.
La cuarta ronda tiene un condimento anímico especial. Para los varones es la oportunidad de reaccionar ante Bolivia luego de la primer derrota, y para las mujeres la ocasión de demostrar que lo hecho ante un top 10 pueden repetirlo ahora ante otro rival similar (Alemania, octava a priori).
Unos y otras aprovechan la oportunidad. Tomás Sosa gana su cuarta partida consecutiva con un ajedrez de excelencia (brillante juego con sus caballos) para afirmarse como la nota sobresaliente en el masculino, y entre las mujeres María Belén Sarquis dio prueba del adagio que reza: “Caissa premia a los valientes” jugando con confianza y acierto para dar un punto clave de un nuevo empate ante una potencia. ¡Bravo por las chicas!

Las negras deciden entregar una calidad a cambio de ataque
con 26…bxa3!? y ganan en gran estilo.
La quinta ronda supuso un intercambio de roles. Ahora son los varones los que enfrentan una potencia (EEUU) mientras que las mujeres van contra un equipo no tan fuerte, aunque en las tribunas esté alentando Aki Kaurismäki, cineasta y “porteño de ley” (¿habrá gente todavía que no haya visto Luces al atardecer del 2006, film que empieza y termina con tangos de Gardel y Le Pera?).

Al principio, tuve la ilusión de que nuestro capitán (Robert Hungaski) en el torneo abierto confundiera a los rivales, dada su inusitada bandera. Pero no. La ONU ajedrecística prevaleció sin necesidad de hacer desembarcar ningún marine adicional, incluso. Sólo Flores logró sorprender cabalmente a su rival, un natural de Cuba de gran talento pero despistado, que vivió su personal “bahía de Cochinos”, pero del lado incoveniente del conflicto. Bastaron un par de movimientos flojos de la caballería de Dominguez para que Diego, de manera implacable, sin dar chance alguna, obtuviera su triunfo más importante y salvara el honor del equipo.

35.Ae5! y Que le den candela a las negras.

Las Maestras mantuvieron su invicto triunfando por 3 a 1. Se lució esta vez Anapaola Borda Rodas, cuyas claras intenciones de jugar a ganar de negras se anunciaron desde la secuencia de apertura 9…Ch7- 10…Df6- 11…Axe3!? y luego 17…0-0-0, sacando brillo a una línea muy utilizada por Iván Sokolov en su momento.

Momento clave: urge cerrar parte del flanco con 17.f5.
Sin embargo, las blancas hicieron la prosaica 17.d4? y acabaron derrotadas.
La sexta ronda (el último esfuerzo antes del día de descanso) nos encuentra hablando plenamente en castellano entre las chicas (frente a España, otro equipo Top 10) y en albanés los varones. A propósito de idiomas difíciles: estoy intentando pronunciar un par de palabras en húngaro y compruebo eso de que, después del chino, el local es el más dificil de aprender, según dicen los entendidos en la materia. Será imposible llegar a cantar como Freddie Mercury Tavaszi Szél Vizet Áraszt (El viento primaveral inunda el agua, o algo así) hace casi 40 años aquí, pero de todos modos intentaremos algo para saludar con dignidad a Judit, llegado el momento.

Disculpen, amigos ochentosos, si no resisto la tentación de irme un momento “por las nubes de Úbeda”. Sucede que lo ocurrido en esta ronda es para querer evadirse escuchando la voz celestial de Freddie o buscar esas benditas “nubes”, a la vez descubiertas y perdidas por un senador de la Nación en aquel tiempo hermoso.
Nuestras Maestras sucumbieron inesperadamente por un marcador amplio (demasiado amplio, 3 ½ a ½) que no refleja la intensidad de la lucha. En los primeros 5 días, el quipo femenino disputó (todos los tableros) unas 20 partidas y solo cedieron 2 derrotas, jugando con solidez y confianza a nivel grupal. Ahora, en este crucero inusual, naufragaron en 3, incluyendo a su nave insignia, el 1 de Candela quien esta vez parece haber perdido el rumbo desde la apertura misma: la extraña secuencia 13.a3?!- 14.Ce4?- 15.Cc5 (¡sexto movimiento del mismo caballo loco en 15 jugadas!) no presagiaba nada bueno… y luego ya no pudo remontar la cosa ante una rival inspirada. Mantuvo el honor del grupo y su invicto individual Borda Rodas, cuyo buen juego esta vez no pudo pasar de las tablas, pese a los varios pasajes favorables que tuvo. Sarquis también dispuso de sus chances, pero con peor resultado final. Campos tampoco estuvo en su día y, luego de ser superada en el reloj también lo fue en el tablero, omitiendo un golpe táctico que resultó demoledor.

Momento clave: con la natural 13.d3! (a 13…g6 14.Axh6!)
las blancas se hubieran podido asegurar una fuerte iniciativa
En fin, hay jornadas en que parece mejor no haber salido del puerto seguro, ¿verdad? Sin embargo, como solía repetir mi abuelo:”Un mar calmo no entrena marineros”. Vendrá muy bien el día de descanso y reflexión para aprovechar esta experiencia dura e inesperada. Una mala ronda no puede borrar todo lo bueno hecho hasta aquí. ¡Y los niños nunca perdemos el optimismo!

En cuanto a los varones, bueno, parece que nada se les da fácilmente en este torneo. Ganaron por la mínima frente a un equipo claramente inferior. Otra vez Flores se destacó (con un enigma no resuelto al tiempo de cerrar esta crónica: ¿habrá habido un problema en la transmisión de la partida? No se entiende un triunfo con la posición final que se ofrece) al quebrar la paridad general y ganar un final de peones que era tablas en cualquier parte del mundo menos en ese tablero, felizmente.

Posición final, 0-1 y misterio
“Cuando releo mis manuscritos,
compruebo que tiendo a escribir de forma ilegal”

Faustino Oro iniciando simbólicamente la sexta ronda.
“Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza…?”
Recapitulemos. Apenas hemos atravesado la línea del ecuador del torneo y es prematuro hacer balances. Es cierto que los varones están retrasados en cuanto a su puesto de preclasificación inicial, pero aún hay tiempo para remontar. Ojalá las primeras rondas brillantes de Sosa y la recuperación de Flores contagie al resto. Preocupa más el nivel de juego que la puntuación.
Por otro lado, las mujeres, más allá de esta última ronda, tienen un marco distinto. Se pone a prueba posiblemente ahora más su temple anímico que su calidad en el tablero. Ojalá la juventud promedio de las que más han jugado resulte ser una fortaleza y no una debilidad en cuanto a esto.
La séptima ante Finlandia y Filipinas, respectivamente, dará oportunidad de empezar a responder a estas cuestiones.
Pero no me tomen tan en serio. Todas estas son apenas apreciaciones parciales de un niño inexperto. No nos olvidemos también que se trata de Argentina. Ya sabemos a esta altura que somos capaces de los mejores y los peores versos de la poesía mundial. Siempre todo es posible. Y, como solía decir un amigo con fina ironía: “No me atrevo aún a hacer ningún pronóstico, sobre todo si se trata del futuro.” Mientras tanto, yo sigo buscando a Judit…

Polgarcito
Desde Budapest – Hungría
17 de septiembre de 2024
✨ Qué mundo maravilloso (I) puede verse en la presentación de Polgarcito en El camino olímpico.
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