Liren Ding, el inmortal

Las emociones fuertes no dan tregua en Singapur: el actual campeón del mundo se impuso con autoridad al retador e igualó el match en apuro de tiempo antológico.

Por Carolina Príncipe para Noticias la Insuperable ·

El espectáculo no decae en el Campeonato Mundial de Ajedrez FIDE 2024. Tras el colapso de la víspera, cuando se daba por descontado su derrumbe anímico, el maestro chino volvió a forjar una posición superior y, esta vez, sí, materializó la ventaja en forma progresiva e inapelable.

El retador adolescente, con negras, volvió a explotar el punto débil de Liren, es decir: la administración del tiempo. Con sus novedades de apertura no logró igualar pero se hizo con una ventaja considerable en el reloj.

A medida que el juego blanco progresaba hacia un dominio de espacio cada vez más amplio, las esperanzas de Gukesh D. se reducían a esperar un error a causa del apuro de tiempo del actual campeón. Él mismo, sin embargo, también estaba sufriendo la tiranía de Chronos en esta duodécima partida.

Superados los veinte movimientos, la ventaja de Liren Ding ya era clara. Tras 23. Cf4 las posibilidades de resistir de las negras lucían quiméricas.

El precoz maestro de la India seguramente ya habría considerado que si se superaba el control de las cuarenta movidas su situación sería agónica. Ensayó, entonces, una resistencia provisional encomendada a la benevolencia del Padre Tiempo, siempre pródigo cerca del Año Nuevo.

Padre Tiempo, Frolic & Fun, 1897

El anciano dios popular no respondió esta vez. Aunque Ding no ganó la calidad con 26. Ca7 (en conferencia de prensa declaró que no la había visto) y prefirió 26. d5 –lapidaria de todos modos- el derrumbe negro se hizo realidad.

El remate de Liren vino en la 39 con Txg7+. Ambos jugadores habían llegado hasta ahí con tres minutos y fracción en el reloj. Gukesh Dommaraju abandonó después del elegante sacrificio del chino y el match retornó a fojas cero.

Mañana habrá descanso. Nada está dicho en Singapur. A dos partidas del final, con un eventual desempate a rápidas en el horizonte, la figura del actual campeón se agiganta. «No estaba muerto, estaba tomando shaojiu», chacotean algunos parafraseando la canción de Guillermo González Arenas. Tal vez hoy Ding aproveche para irse de parranda. Quién sabe… El chino universal es impredecible.

Más allá de cualquier resultado por venir, tanta resiliencia de Liren lo ha convertido, al menos para sus pocos fans argentinos, en el Gilgamesh de Sentosa. Él, sin embargo, con sencillez, se limitó a decir: «Mi mamá me dio confianza. Me dijo que lo hice la última vez y que podría hacerlo de nuevo.»

Gilgamesh, el inmortal

LA DUODÉCIMA PARTIDA



Imágenes: FIDE


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