Erika Menéndez, una de las asesoras despedidas por Gerardo Milman, declaró ante la Justicia en la causa que investiga la autoría intelectual del intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner. A pesar de sus mensajes incendiarios al diputado del PRO, ahora intenta explicar todo como un simple ataque de bronca. En Noticias La Insuperable ya habíamos revelado su identidad.
Por Tomás Palazzo para Noticias La Insuperable

“Vamos a contar toda la verdad”
En enero de 2023, Erika Menéndez, exsecretaria de Gerardo Milman, le escribió un furioso mensaje de WhatsApp: “O nos dan una solución o vamos a contar toda la verdad”. Hablaba en nombre de varias asesoras que habían sido dejadas de lado, sin aviso ni explicaciones. El tono del mensaje era de ultimátum. Hoy, en sede judicial, Menéndez sostiene que solo querían limpiar su imagen tras ser tratadas de “gatos”.
Lo que no termina de cerrar es: ¿por qué hacía falta una amenaza para eso? ¿Cuál es “toda la verdad” que decían estar dispuestas a contar?
Lo que ya sabíamos
En Noticias La Insuperable ya habíamos contado quién era esta mujer y qué decían sus mensajes. Lo hicimos el 18 de julio en una nota que marcó la cancha en la cobertura del caso.
Ahora, Menéndez declaró ante la Justicia en la causa que sigue investigando la autoría intelectual del atentado contra Cristina. Y lo que dice no termina de coincidir con lo que escribió en caliente en su momento. Según su versión, simplemente estaban dolidas por los despidos y querían salir a los medios “para aclarar que no eran gatos” y que no las habían sacado de OnlyFans. Sí, dijo eso.
¿Qué tiene que ver esto con el atentado?
Mucho. Milman es el único imputado en la causa residual que investiga si alguien ideó o facilitó el intento de magnicidio del 1° de septiembre de 2022. La sospecha nació cuando un testigo dijo haberlo escuchado en el bar Casablanca, dos días antes del atentado, diciendo: “Cuando la maten, yo estoy camino a la costa”.
Estaba con dos asesoras, Carolina Gómez Mónaco (exMiss Argentina) e Ivana Bohdziewicz. Ambas declararon que no recuerdan la frase, pero una de ellas dijo algo aún más grave: que después fueron llevadas a una oficina de Bullrich para borrar los celulares. También el propio Milman manipuló el suyo, y el que entregó luego para “colaborar” era un modelo que ni siquiera existía al momento del atentado.
La Gendarmería de Bullrich, el peritaje exprés y la manipulación
Cuando por fin se extrajo el contenido del celular trucho de Milman, Gendarmería —la fuerza predilecta de Bullrich— hizo un informe exprés en menos de 24 horas. Encontraron más de 600 mil archivos, pero sólo tres les parecieron “relevantes”. Uno era el mensaje de Erika Menéndez. Los otros dos, ironías de Milman sobre el atentado.
El resto eran archivos borrados. Faltan los mensajes del mes anterior y posterior al ataque. Todo esto sin permitir que participen ni la querella de Cristina ni la fiscalía de Rívolo. Mientras tanto, Gendarmería dice que ahora realiza un “análisis manual”.
¿A quién están protegiendo?
El trabajo soñado
Menéndez relató que conoció a Milman en 2021 en un evento (del que no dio detalles). Allí alguien le dijo que él “buscaba una secretaria” y que ella “daba el perfil”. Ex policía desde 2014, renunció a su trabajo estable para entrar al Congreso. Según su testimonio, hacía tareas administrativas y lo acompañaba a reuniones. En enero de 2023, sin previo aviso, recibió la baja del contrato y quedó en la calle.
Ese fue el contexto de los mensajes. Pero lo curioso es que, más allá de la bronca por el despido, el contenido y la forma de lo que escribió apuntaban a algo más que un simple reclamo laboral. Hablaba de “la verdad de cada una”, de “todos se abrieron de gambas”, de que había dejado su vida por una promesa. Incluso de que había mandado mensajes a Bullrich y no había recibido respuesta.
Demasiadas coincidencias

Entre todas las asesoras despedidas había una amiga de Menéndez, Rocío Fiorenza, más conocida en redes como “Tremenda Pony”. También ella fue parte de esta historia. Menéndez relató que fue la primera en ser atacada tras el atentado y que las acusaciones de “gatos” las afectaron profundamente.
Lo cierto es que Milman tenía más de 30 asesores, un número absolutamente fuera de norma para cualquier despacho en Diputados. La mayoría eran mujeres jóvenes, muchas de ellas con perfiles públicos en redes. Y muchas fueron borradas del mapa político apenas estalló el escándalo.
Un relato a medida
Como era de esperarse, Menéndez dijo no haber escuchado nada sobre un posible atentado, que los mensajes borrados eran por “intimidad” y que el mensaje a Milman buscaba solamente provocar una reacción para obtener respuestas. Un relato prolijo, medido, pero lleno de vacíos.
Mientras tanto, el verdadero contenido de los teléfonos sigue sin conocerse, la Justicia actúa con una lentitud selectiva, y los que más saben (o sabían) del caso siguen amparados por el silencio, los pactos y el blindaje judicial.
Descubre más desde Noticias La Insuperable
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
