El curioso «título» de C5N

La vertiginosidad expone cada vez más a las redacciones periodísticas.

«¿Vamos con este título?» preguntaron dentro de la redacción de C5N, para acompañar una nota económica sobre la reacción de los mercados a la derrota electoral libertaria. Y la pregunta, interna, terminó acompañando el título mismo.

La presión de la inmediatez

La aceleración del ciclo informativo impuesta por redes sociales y medios digitales ha transformado profundamente el periodismo, sacrificando a menudo la precisión por la rapidez. Como observa Amanda Mauri, “el culto a la inmediatez y a la productividad, agravado por los ritmos vertiginosos de las redes sociales y el delirio del clic, ha transformado el periodismo hasta volverlo irreconocible”. Esta urgencia conduce a redacciones estresadas, donde prima ser los primeros en publicar, y la calidad de redacción, la ortografía o la verificación quedan relegadas.

Errores que dañan la credibilidad

En ese contexto, Milagros Pérez-Oliva subraya que “los lectores piden una mayor exigencia en el uso del lenguaje”, ya que los errores ortográficos, fruto de la prisa, “causan un grave daño a la imagen del diario”. También Josep Rovirosa lamenta que “el diario pretende la excelencia desde la imperfección de la inmediatez, pero eso no debe impedir que los textos estén bien escritos”. Estas voces coinciden en que la inmediatez desdibuja la calidad y erosiona la credibilidad.

Urgencia versus profundidad

El periodista Juan Fernández-Miranda, adjunto al director del diario ABC, va más allá y remarca que “los periódicos hemos caído en priorizar lo urgente sobre lo importante y muchas veces nos subimos a cualquier debate para no quedarnos atrás del resto”. En esa carrera por no quedar en desventaja, se minimiza la reflexión y la búsqueda de profundidad, lo que deteriora la calidad informativa.

Precariedad y sobrecarga laboral

A mayores, el periodismo digital ha quedado atravesado por la precariedad y la multiplicación de funciones: los periodistas deben escribir, fotografiar, grabar videos, editar, chequear redes sociales, todo al mismo tiempo. Esa “polifuncionalidad” y la sobrecarga generan contenidos más superficiales, con menos control editorial y creciente propensión a errores. A esto se suma el fenómeno que se conoce como infodemia, la sobreabundancia de información —algunas correctas, otras no—, que impide al público discernir fuentes fiables y eleva el riesgo de desinformación.

Una mirada crítica necesaria

En síntesis, la confluencia de urgencia, presión por la primicia y ausencia de filtros robustos deriva en notas con errores ortográficos y de redacción, informaciones incompletas o inexactas, y una pérdida gradual del rigor periodístico. Las voces de especialistas como Mauri, Pérez-Oliva, Rovirosa y Fernández-Miranda ofrecen una mirada crítica y necesaria sobre cómo reconectar con la calidad frente al vértigo informativo.


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1 comentario

  1. «…sobre cómo reconectar con la calidad frente al vértigo informativo.» Y sí, «Zappiando» desde las 21hs a medianoche, pudo verse las caras de ciertos comunicadores que componen la Troupe ensobrada, que otorga la mafia hegemónica de la desinformación ofendiendo así, a la noble profesión de Periodismo.

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