La Casa Rosada, con humo hasta en los pasillos, vivió un viernes atípico: un principio de incendio obligó a evacuar las oficinas de Santiago Caputo, justo cuando estaba reunido con Cristian Ritondo. Al final no hubo heridos, pero sí una escena que dejó en claro que en Balcarce 50, además de ideas, también chisporrotean los cables.
El viernes se puso picante en Balcarce 50
Nada como un buen cortocircuito en plena Casa Rosada para cerrar la semana laboral. El histórico edificio, acostumbrado a discursos, conferencias y peleas internas, esta vez fue protagonista de un humo menos metafórico: un incendio iniciado en la cocina del primer piso.
El fuego, según fuentes oficiales, nació de un tablero eléctrico cercano a la cafetería. Como si la metáfora fuera demasiado evidente, el lugar exacto donde suelen calentarse los ánimos (y las tazas de café) fue el que terminó encendiendo alarmas.
Santiago Caputo, reunión interrumpida
El asesor todoterreno de Milei, Santiago Caputo, estaba reunido con Cristian Ritondo cuando las alarmas sonaron. El encuentro, que prometía ser políticamente incendiario, terminó literalmente así: evacuados y trasladados de urgencia a la planta baja, entre humo, bomberos y funcionarios corriendo por los pasillos.
En la retirada se sumaron personajes de la troupe libertaria: el secretario de Justicia Sebastián Amerio, la infaltable Macarena Alifraco y hasta Lucas “Sagaz” Luna, que debieron abandonar el despacho a las apuradas.
Oficinas evacuadas y humo de sobra
Por precaución también desalojaron los despachos de Karina Milei, el salón comedor y hasta la oficina de Milei, quien había decidido quedarse en Olivos tras su gira por Nueva York. Una decisión que, al menos esta vez, le evitó un buen susto y una dosis de humo de más.
Periodistas acreditados relataron que la humareda invadió el Salón Martín Fierro, donde también se ubican las oficinas de Manuel Adorni y Santiago Viola. No hubo heridos, pero el episodio dejó claro que en la Rosada los incendios ya no son sólo políticos.
Un final sin drama (pero con ironía)
Los bomberos de la Policía Federal actuaron rápido y sofocaron las llamas antes de que la cosa pasara a mayores. Daños materiales mínimos, heridos cero, y un edificio que, de todas formas, ya venía bastante chamuscado en su credibilidad.
Así, el viernes terminó con la Casa Rosada llena de humo: metáfora perfecta de un gobierno que parece vivir entre fuegos, apagados o encendidos, pero siempre al borde de un cortocircuito.
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,,,y así, de a poco, llegará el incendio del final.
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