David Lebón: el genio que nació del silencio y le dio alma al rock argentino

El genial músico cumple uno más y sigue vigente.

Por Carlos Alberto Resurgián para Noticias La Insuperable

Cada 5 de octubre, el calendario celebra el nacimiento de uno de los músicos más sensibles y talentosos de la historia argentina: David Lebón. Un artista que atravesó décadas, grupos y generaciones con la humildad de quien toca para sanar. Desde Pappo’s Blues hasta Serú Girán, su historia es también la del propio rock nacional.


Del Bronx al bajo de Pappo

Nació en 1952, en Buenos Aires, pero vivió parte de su infancia en Estados Unidos. Allí conoció el blues, el jazz y a ese rock que pronto traduciría a nuestro idioma con una voz inconfundible. De regreso al país, fue parte de la formación original de Pappo’s Blues, tocando el bajo en el primer disco. Luego vendrían Color Humano, Polifemo y, por supuesto, Serú Girán, junto a Charly García, Pedro Aznar y Oscar Moro: la banda que marcó a fuego la historia del rock argentino.


Lengua Negra, la prehistoria del mito

Antes de todo eso, existió Lengua Negra, su primera banda, de la que Noticias La Insuperable ya había rescatado la historia perdida en una nota de 2023.
Ese grupo adolescente fue el laboratorio donde Lebón comenzó a moldear su sonido, esa mezcla de suavidad y electricidad que más tarde, con su inconfundible voz y su sensibilidad en las cuerdas, haría de “Seminare” o “Mundo agradable” verdaderos himnos de sensibilidad urbana.


Serú Girán y el alma del pueblo

En los años más oscuros de la dictadura, Serú Girán fue mucho más que una banda: fue una voz colectiva que decía lo que el pueblo no podía gritar. Canciones como “Mientras miro las nuevas olas” o Canción de Alicia en el país tejían metáforas de resistencia.
En ese contexto, la guitarra y la voz de Lebón aportaban una calidez necesaria. Mientras Charly lanzaba dardos políticos, David traía refugio emocional.
Su aporte fue esencial para que Serú no solo fuera la “banda de los músicos”, sino también la de la gente.


El renacer de un alma sensible

Con los años, Lebón atravesó etapas difíciles: adicciones, pérdidas, silencios. Pero volvió. Y cuando volvió, fue más sabio. Su carrera solista —con discos como “Nuevas mañanas”, “Si de algo sirve” o “Lebón & Co.”— demostró que su arte no envejece: madura.
El público lo reconoce no solo por su virtuosismo, sino por su ternura. Cada acorde suyo parece decir: “gracias por escucharme, aún estoy aquí”.


Una leyenda viva que sigue soñando

Hoy, a los 73 años, David Lebón sigue activo, grabando, girando y compartiendo música con nuevas generaciones. En los escenarios, mezcla emoción con gratitud. Y en cada entrevista, recuerda algo esencial: “La música sana, y eso es lo que siempre busqué”.
En tiempos donde abundan los fuegos artificiales digitales, Lebón sigue siendo fuego real, el de una guitarra que arde en verdad y humanidad.


Descubre más desde Noticias La Insuperable

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario