La periodista de C5N Agustina Peñalva relató entre lágrimas el calvario que vive desde hace meses por el acoso del economista mediático Walter Graziano. La Justicia ya intervino y le impuso una restricción de acercamiento al acusado, mientras la víctima pide “volver a vivir tranquila”.
Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable

Un relato que estremeció en vivo
Durante la emisión del miércoles por la noche en C5N, la periodista y locutora Agustina Peñalva se quebró frente a cámara al contar la pesadilla que sufre desde agosto. “Mi vida se transformó en una rutina de miedo. Tengo que estar acompañada, con custodios, y dependo de un botón antipánico”, relató. El acoso, según explicó, comenzó en redes sociales, pero pronto se volvió físico: el agresor no sólo la hostiga con mensajes, sino que también la sigue y se presenta en los lugares que frecuenta.
La última denuncia fue radicada el viernes pasado en la Fiscalía N°18 de la Ciudad, a cargo de Juan Cruz Ártico, y la causa está caratulada como hostigamiento. La Justicia impuso al acusado la prohibición de acercarse o comunicarse con la periodista por cualquier medio.
El acusado: un economista con pasado mediático
El hombre denunciado es Walter Graziano, economista y ex panelista televisivo, recordado por sus participaciones en el ciclo Duro de Domar y otros programas de debate económico. En los últimos años se mantuvo vinculado a apariciones esporádicas en medios y publicaciones de análisis político, con un perfil de outsider del establishment académico.
Fue convocado en reiteradas oportunidades a hablar sobre economía tanto en Radio 10 como en C5N, pero Pablo Duggan, conductor de Duro de Domar, explicó que tras la denuncia de Peñalva, tomaron la decisión de no volver a invitarlo.
«Vino un par de veces a Duro de Domar. Tiempo después nos enteramos del acoso a nuestra compañera de canal. Lo repudiamos y jamás volverá a ser invitado», aseguró Duggan.
De perfil arrogante, se auto adjudica haber sido el autor intelectual de la Ley de Convertibilidad de Domingo Cavallo, cosa que el mismo ex ministro desmintió categóricamente: «Walter graciano entiende algo de economía monetaria y financiera pero tiene una formación histórica y de lo que es una economía integralmente bien organizada muy precaria. Además tiene un ego muy fuerte y es muy envidioso«, aseguró Cavallo.
Según confirmaron medios como La Nación y El Canciller, Graziano se presentó en la fiscalía acompañado por un abogado tras conocerse la denuncia. El economista negó los hechos y llegó a declarar: “Esta chica no sabe qué hacer para sacar plata”, aunque reconoció haberse acercado a las instalaciones de C5N para “regalarle unos chocolates y un libro”.
Del acoso digital al miedo cotidiano
Peñalva relató que el acoso comenzó a través de redes sociales, con entre 20 y 30 mensajes diarios, y que pronto entendió que la situación había escalado: “Un día me dijo que esperaba el momento para encontrarme sola. Ahí entendí que no era solo algo digital: me persigue y vive a ocho cuadras de mi casa”.
La periodista intentó bloquearlo reiteradas veces, pero el agresor abría nuevas cuentas para continuar el contacto. “Lo bloqueo por Instagram y empieza por X. Lo bloqueo de nuevo y se abre otra cuenta. Es un círculo que no termina nunca”, lamentó.
En su programa Plumas Negras, Peñalva ya había anticipado semanas atrás que el hostigador se había presentado en persona en un restaurante, y que incluso había contactado a su manicura y al gimnasio que frecuenta. “Está en todos lados”, sostuvo con angustia.
Antecedentes y medidas de protección
Fuentes cercanas a la investigación indicaron que Graziano tendría antecedentes por episodios similares y que estuvo internado en una institución de salud mental. A raíz de la situación, la Justicia dispuso custodia permanente y un botón antipánico para la periodista, mientras se avanza con las medidas de prueba.
Peñalva agradeció el acompañamiento de su entorno y del canal, aunque insistió en que la situación la mantiene en constante alerta: “Hice otra denuncia y me dieron el botón antipánico. Nunca estoy sola, siempre hay alguien conmigo. Estoy muy agradecida por el apoyo de mi familia y de mis compañeros, pero quiero volver a tener una vida normal”.
“Te tengo miedo, déjame tranquila”
En un momento de enorme carga emocional, Agustina decidió hablarle directamente a su acosador desde la pantalla: “No quiero nada tuyo. No quiero flores, ni libros, ni chocolates. Solo quiero volver a vivir tranquila. Quiero poder ir al supermercado sin miedo. Te tengo miedo, y te pido por favor, déjame tranquila”.
El mensaje, que se viralizó en redes y generó una ola de solidaridad entre periodistas, comunicadoras y organizaciones feministas, volvió a poner en debate el rol de la Justicia frente a los casos de acoso y hostigamiento persistente, un problema que muchas veces no recibe respuesta a tiempo.
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