Kicillof cruzó a Milei por el turismo: “Es un desastre lo que están haciendo”

El gobernador bonaerense apuntó contra el atraso cambiario y advirtió que la sangría de dólares por viajes al exterior es una postal más de una economía que se enfría. Los datos del INDEC confirmaron la caída del turismo receptivo y el fuerte aumento de argentinos que viajan fuera del país.

Por Celina Fraticiangi para NLI

Axel Kicillof volvió a poner en palabras lo que en la provincia de Buenos Aires ya se siente en la calle. Tras la difusión de los últimos datos del INDEC sobre la balanza turística, el gobernador calificó como “un desastre” la gestión de Milei y señaló que el problema no es cultural ni aspiracional, sino estrictamente económico: atraso cambiario y recesión.

Según explicó el mandatario bonaerense, la lectura de los números oficiales desmiente cualquier relato optimista. “No es que de pronto Argentina no se volvió atractiva y los argentinos quieren conocer el mundo y nosotros somos más ricos que todos para viajar a sus países”, ironizó en declaraciones radiales, para luego subrayar que el fenómeno responde a una moneda artificialmente cara que expulsa turistas y empuja a los argentinos a gastar afuera.

Un déficit que crece y se lleva dólares

Los datos publicados por el INDEC fueron contundentes. En noviembre, la cantidad de turistas que ingresaron al país cayó 2,7%, mientras que los viajes de argentinos al exterior se dispararon un 15,3%. El resultado fue un déficit de 224 mil turistas en un solo mes, con el consecuente impacto negativo en la salida de divisas.

En números absolutos, durante noviembre ingresaron a la Argentina 491.400 turistas, mientras que salieron 763.800. La diferencia no solo refleja un desequilibrio turístico, sino también una presión adicional sobre las reservas, en un contexto donde el propio gobierno nacional hace del ajuste y la escasez de dólares su bandera.

Para Kicillof, estos indicadores no pueden analizarse de manera aislada. Forman parte de una política económica que encarece el país en dólares, enfría el consumo interno y castiga a las economías regionales, particularmente a aquellas que dependen del turismo.

La provincia en crisis

El gobernador fue más allá del turismo y trazó un diagnóstico general de la situación productiva bonaerense. “No hay sectores económicos en la provincia de Buenos Aires al que le vaya bien: gastronomía, comercio, turismo e industria con una crisis gravísima y con algunos elementos difícil de revertir”, advirtió.

La caída del turismo receptivo impacta de lleno en la costa atlántica, en los destinos rurales y en los polos gastronómicos, que ven reducirse la demanda justo en un contexto de costos en alza y consumo deprimido. Menos visitantes implica menos trabajo, menos ingresos y más cierre de comercios.

En ese marco, Kicillof volvió a diferenciar dos modelos. De un lado, un esquema que apuesta al atraso cambiario y al ajuste como ancla; del otro, la necesidad de una política económica que proteja la producción, el empleo y el mercado interno. Los números del INDEC, lejos de ser una estadística más, funcionan como una señal de alerta temprana de un rumbo que, según el gobernador, conduce a una crisis cada vez más profunda.


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