NACE UNA ESTRELLA: Milei nombró en el gobierno a su propio Director de Cine

Mientras la crisis económica golpea fuerte, el presidente continúa con gastos superfluos para enaltecer su imagen.

Por Guillermo Carlos Delgado Jordan para Noticias La Insuperable

Santiago Oría, Karina y Javier Milei

El «acto-recital-show» de anoche en el Luna Park dejó en claro, una vez más, que Milei decidió utilizar el poder presidencial para, principalmente, cumplir sus sueños de estrella frustrada necesitada de cariño. No importa el hambre que deban pasar los argentinos si se consigue una foto trucada de su rostro en la revista Time a cambio. Porque como él mismo expresó, es necesario que todos realicen un ajuste; todos, menos él y su círculo íntimo.

Por eso, este hombre enamorado de los flashes y camerinos, que le da más peso a su maquillaje que a los reclamos de los misioneros, no dudó un instante en publicar hoy, en el Boletín Oficial, el nombramiento dentro de la Secretaría General de un Director de Realización Audiovisual de la Presidencia de la Nación. O sea, un tipo que esté a la altura de su ego para que lo filme todo el día.

Y no se anda con chiquitas. Para el cargo nombró a Santiago Oría, egresado de la Fundación Universidad del Cine, y uno de esos desagradecidos que volvió al país de Europa en tiempos de Covid con un vuelo de repatriados de Aerolíneas Argentinas para luego abrazarse al tipo que hoy quiere privatizar la empresa aeronáutica de bandera que lo trajo de regreso.

El nombramiento, firmado por el propio Milei junto a su jefe de Gabinete (el desaparecido Posse), fue dado a conocer a través del Decreto 444/2024 que autoriza al susodicho cineasta «el correspondiente pago del Suplemento por Función Ejecutiva Nivel II del citado Convenio Colectivo de Trabajo Sectorial y se efectúa la presente designación transitoria con carácter de excepción respecto a las disposiciones del artículo 14 de dicho Convenio«.

Oría es el mismo Director que filmó a Milei, tiempo atrás, en un documental acerca del libro «Pandenomics« con un equipo de quince camarógrafos libertarios, extras, iluminadores y sonidistas. El mismo dura 33 minutos y está plagado de escenas bizarras (para los no libertarios, al menos) como Lilia Lemoine dándole la orden a Milei de romper el Banco Central y éste, entre vítores y con Karina (la Jefa) con sus alas angélicas al lado, emprende la destrucción de una maqueta con un martillo mientras todos gritan «No es la pandemia, es la cuarentena, pelotudos!»

Tiempo después fue electo presidente.

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