De construir satélites a alquilarlos

Al discontinuar el proyecto Arsat, el macrismo tuvo que salir de urgencia a alquilar un satélite para no perder un espacio orbital. El desmanejo salió 7 millones de euros.

Por la Redacción de Noticias La Insuperable

Lejos en el tiempo quedaron las sensaciones de orgullo al ver partir al espacio los satélites argentinos. En pocos años pasamos de ser de los pocos países que competían en la carrera espacial a gastar millones en algo que podríamos haber hecho nosotros, y mucho mejor. Pero esta supeditación a la primarización del gobierno de Cambiemos que todo lo arrasa, discontinuó el proyecto Arsat y nos llevó a alquilar por tres meses un vetusto satélite que ya había perdido su vida útil para evitar así que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) le quite a la Argentina los derechos de uso sobre la posición orbital 81º Oeste en banda Ka, abonando la friolera de 7 millones de euros.
La novedad se desprende del informe enviado por el Jefe de Gabinete Marcos Peña al Congreso, donde se observa que Arsat tiene en servicio tres redes satelitales: 1) Nahuel-C en la posición de 72° Oeste en las bandas Ku y Ku extendida; 2) PP-SAT-1 en la posición de 81° Oeste en las bandas C, Ku y Ku extendida y 3) Arsat-D en la posición de 81° Oeste en banda Ka. En la primera red opera Arsat-1, en la segunda Arsat-2 y en la tercera red, que tenía como fecha límite para su puesta en servicio el 12 de septiembre de 2019, debería funcionar el Arsat-3, pero como el gobierno ni siquiera empezó a construirlo esa posición estaba en riesgo. A raíz de ello, se alquiló el satélite Astra-1H (a la empresa europea SES) y la red fue puesta en servicio entre el 29 de septiembre de 2018 y el 10 de enero de 2019, “permitiendo así conservar los derechos de la posición orbital frente a la Unión Internacional de Telecomunicaciones”.
Para colmo, la contratación se realizó en forma directa, sin licitación, y sin consultar a otras empresas especializadas que podrían haber brindado el servicio en mejores condiciones. Mientras tanto, el presidente insiste en que este es el camino correcto y debe profundizarse.