Por Alejandro Enrique para Noticias La Insuperable ·
Todas las mentiras que hicieron posible la llegada al poder de Macri y, más tarde, justificaron las sucesivas medidas del plan devastador que sumió a la mayoría de los argentinos en la desesperación serán verdades que deberá afrontar quien lo suceda en el gobierno. El repertorio de embustes se hizo realidad por obra de la alquimia del saqueo.
Habrá pesada herencia, cleptocracia residual en clave de corrupción sistémica, grasa ─trans─ militante PRO enquistada en cada estamento administrativo y minorías crispadas dispuestas a atacar desde cualquier frente la autodefensa ciudadana cuando se apague la euforia propia de la cercanía del final de una fantasía que mutó en pesadilla.
Según gran trabajo de @AnaCastellani1 más de 114 CEOs de grandes cñías y estudios de abogados del país, fueron nombrados en 367 cargos del Gabinete Nacional en instancias decisorias por donde se filtran intereses corporativos que articulan con la corrupción y la fuga de divisas.
— Walter D Valdez Lettieri (@WDVL4) September 7, 2019
El “Si vos querés” no debería tomarse como recurso transitorio. Por cierto, será arduo extenderlo más allá del entusiasmo preelectoral. Pero Larreta es sólo el mascarón de proa que encabeza la nave insignia de la flota prebendaria que, como Lacunza, no por casualidad engalana el naufragio con metáforas marítimas, inercia verbal de una gestión de filibusteros.
El cambiemismo anticipó la odisea nacional con el canto de sirenas que apuntaba directo a los oídos de las clases medias. Volver al país que privilegia la ciencia, la productividad PyME, la salud, la educación y los sistemas solidarios implicará tantas pesadumbres materiales como esfuerzos en el plano simbólico. La travesía de regreso se prevé incierta.
No solamente los vientos internacionales soplan desafinados, también el entramado normativo que deja tras su paso la restauración conservadora PRO como reaseguro de continuidad modélica preanuncia, como mínimo, retrasos e innumerables escollos. La desarmonía entre poderes republicanos será amenaza constante para torcer rumbos.
La cultura del prejuicio y el revanchismo exacerbados en cuatro años, por su parte, son enfermedades para la convivencia que no se curan exclusivamente con el paso por las urnas ni con el escarnio a un equipo sumido en el descrédito. El macrismo está condenado en cuanto a sus posibilidades electorales pero todavía no ha sido desenmascarado ni mucho menos.
Dar por sentado que el ideario de Cambiemos es beneficioso para el país, que es un pensamiento moderno que ha sido mal llevado a la práctica por falta de experiencia o talento es la celada cultural tendida a la ciudadanía de a pie desde que el oficialismo comenzó a mostrar la hilacha de manera evidente.
Una oposición amordazada, una militancia aséptica, aún hoy temerosas de espantar al “votante independiente”, que no se permiten disentir con este ideario ni en voz baja son la panacea para un oficialismo en transitoria retirada que busca impunidad material, jurídica e ideológica para construir en bambalinas la estrategia de un retorno basado en novedosas falacias y viejas calumnias.
“Si vos querés”, entonces, es la oportunidad de hallar un punto de partida hacia el sinceramiento del llamado campo popular, excesivamente contaminado por un discurso que le es ajeno y disonante.