El Gobierno cerró con el FMI los principales puntos de la negociación
Por la Redacción de Noticias La Insuperable

El Gobierno cerró los principales puntos en la renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por el préstamo récord solicitado por el gobierno de Cambiemos. Argentina no comenzará a pagar el mismo hasta 2024, y además, no realizará reforma previsional ni laboral. A cambio, se comprometió a mantener el equilibrio fiscal, pero con condiciones mucho más beneficiosas para el país que las anteriores.
Según manifiestan Roberto Navarro y Ezequiel Orlando en el portal El Destape, luego de una semana de continuas reuniones con la delegación del Fondo, el ministro de Economía, el ministro de Economía Martín Guzmán, consiguió acordar tres años de gracia antes de transferir la primera cuota. El acuerdo que firmaron los funcionarios de Mauricio Macri con Christine Lagarde, establecía que el primer pago debía realizarse en 2021, pero se abonará recién desde 2024.
El equipo encabezado por Guzmán cambió drásticamente las condiciones del acuerdo pautado con el macrismo, que establecía que Argentina iba conseguir un superávit del 3%. Para esto, el Fondo planeaba un salvaje ajuste del gasto público que hubiera tirado por tierra la posibilidad de crecimiento en la década siguiente, y que se hubiera profundizado con retrocesos en el régimen jubilatorio y los marcos laborales básicos.
Luis Cubeddu, a cargo de la delegación argentina en reemplazo de Roberto Cardarelli, y Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, ampliaron su estadía cuatro días hasta el miércoles para definir estos cambios en el acuerdo, además de que no quitarán al país del programa de stand-by para llevarlo a uno de facilidades extendidas, el mismo que se usó en 1997 y que derivó en la mayor crisis financiera de la historia local.
De esta manera, Guzmán consiguió mantenerse afuera de la tutela neoliberal que el Fondo aplica en países con elevado nivel de endeudamiento y que luego profundizan aún más la recesión. Por lo tanto, el Gobierno no se verá presionado a llevar adelante un cambio en el sistema previsional que perjudique a los más vulnerables ni una reforma laboral, como Macri quería aplicar. Alberto Fernández tampoco estará forzado a privatizar compañías estatales.
Por su parte, el Gobierno se comprometió a mantener el equilibrio fiscal por lo que dure el contrato, en línea con el programa del mandamás del Palacio de Hacienda. El FMI aprobó una excepción: que el déficit fiscal primario alcance el 0,5%, siempre que esté basado en un aumento justificado del gasto social.
De esta manera el gobierno que encabeza Alberto Fernández logra el aire para apuntalar el crecimiento de la Argentina en los próximos tres años sin la espada en la cabeza que significaba el pésimo plan de pagos que había establecido el gobierno de Mauricio Macri con el organismo internacional que, en ese entonces, encabezaba Christine Lagarde.
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