Mendoza: Descubren dos sitios arqueológicos posiblemente preincaicos

Se ubican en los faldeos del volcán Maipo dentro del Área Natural Protegida Laguna del Diamante, en el departamento de San Carlos. Por sus estructuras arquitectónicas numerosas y complejas que pueden asociarse a los incas.

Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

Arqueólogos del Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNCuyo, descubrieron dos estructuras arquitectónicas de suma relevancia en los faldeos del volcán Maipo dentro del Área Natural Protegida Laguna del Diamante, en San Carlos, provincia de Mendoza, las cuales pueden ser asociadas al Imperio Inca.

Desde el gobierno de la provincia, el secretario de ambiente y Ordenamiento Territorial, Humberto Mingorance, expresó: “Estamos frente a un hallazgo muy importante, ya que el descubrimiento muestra claramente que los incas ocuparon y controlaron los ambientes cordilleranos ubicados entre los ríos Diamante y Mendoza y que, a juzgar por los descubrimientos, construyeron en la Caldera del Maipo un espacio sagrado”. Y agregó: “A finales del mes de marzo los investigadores realizarán un nuevo trabajo de campo”.

El primero de los sitios arqueológicos fue denominado LD-S25 e incluye al menos 20 estructuras formados por muros bajos de roca, entre las que se destacan recintos y espacios pircados con formas rectangulares, uno de ellos de grandes dimensiones (57 por 10 metros); recintos con plantas circulares de alrededor de 3 metros de diámetro; un camino de acceso de 40 metros con sus límites demarcados con rocas medianas y pequeñas, un muro doble lineal de 20 metros y dos pisos empedrados.

Una vista del sitio denominado LD-S25 que incluye estructuras de muros bajos de roca. Al fondo se puede observar la Laguna de Diamante. Foto: Prensa

El otro sitio arqueológico se lo denominó LD-S26 y está conformado también por un conjunto importante de estructuras pircadas, pero en este caso predominan las de planta circular que se destacan por sus dimensiones (algunas de alrededor de 10 metros de diámetro) y por tener en sus centros apilamientos de rocas que, estiman los arqueólogos, debieron tener forma de columnas antes de derrumbarse parcialmente.

Estas columnas de piedra que aparecen tanto dentro como fuera de los grandes círculos de LD-S26, en la época de los Incas, recibieron el nombre de topus o sayhuas y servían para marcar distancias, límites y también, como en este caso, para hacer observaciones astronómicas.

Por otra parte, se relevaron mojones de forma cónica o piramidal ubicados en cumbres menores ubicadas al poniente, que se observan claramente desde el sitio y pueden haber marcado la puesta del sol, entre otras posibilidades vinculadas a la medición astronómica. Aunque los estudios arqueo-astronómicos recién comienzan a proyectarse, se estima que arrojarán resultados muy novedosos. Por lo pronto, puede proponerse, todavía con cautela, que LD-S26 fue un enorme instrumento de medición astronómica generado por los incas, que debió vincularse al sitio LD-S25, y que ambos fueron el lugar de destino de un camino ceremonial, de una ruta de peregrinaje, que partía de la actual ciudad de Santiago, donde los incas establecieron una capital provincial un siglo antes de la llegada de los españoles a Chile Central y Cuyo.

El primer trabajo de ambos sitios fue realizado el 5 de marzo por un equipo de investigación conformado por Víctor Durán (Investigador del CONICET y docente de la UNCUYO), María Sol Zárate Bernardi (Becaria doctoral del CONICET y docente de la UNCUYO), Agustín Castillo (estudiante de la carrera de Arqueología de la UNCUYO), Alberto Orellano y Jimena Martínez (Dirección de Recursos Naturales del Gobierno de la Provincia de Mendoza).

De izquierda a derecha Alberto Orellano, Jimena Martínez, Agustín Castillo y Sol Zárate Foto: Prensa

En ambos sitios aparecen marcas de rayos sobre grandes bloques oscuros. Se estima que, a través de estas marcas, que en ocasiones hacían los propios incas logrando formas similares, se veneraba al dios del rayo: Illapa o Tunupa. Este tipo de prácticas ha sido registrado en otros lugares de Argentina, Chile y Bolivia en asociación con la expansión inca.

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