Con su última declaración prendió fuego a la presidenta del PRO.
Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable
El pasado viernes, de manera espontánea, Ivana Bohdziewicz se presentó sorpresivamente en Comodoro Py y pidió dar testimonio por tercera vez en la causa sobre el intento de asesinato de Cristina Kirchner. La mujer en cuestión, reveló que en realidad no había borrado el contenido de su teléfono celular por voluntad propia (como había declarado con anterioridad) sino que la llevaron a unas oficinas pertenecientes a Patricia Bullrich, donde un perito se dedicó durante cuatro horas a eliminar todo lo que había en su aparato, el de otra asesora (Carolina Gómez Mónaco) y el del diputado de Juntos por el Cambio Gerardo Milman (su jefe), que todavía era quien manejaba la campaña de la precandidata presidencial.
Su nombre salió a la luz a raíz de una charla en la que había participado (junto a su compañera y su jefe) cuando este último manifestó, en el bar Casablanca, cercano al Congreso, «cuando la maten yo estoy camino a la costa«, dos días antes del atentado a la vicepresidenta. Ivana, de 26 años de edad, que cobraba un sueldo de 326.564 pesos en la Planta Temporaria por cumplir funciones de agenda y de generar contenidos para las redes sociales del diputado, fue despedida por Milman.
Según su Linkedin, Ivana fue Secretaria Administrativa en la Cámara de Diputados de la Nación entre marzo y noviembre de 2022; previamente, desde mayo de 2018, había trabajado en el Ministerio de Transporte de la Nación como Secretaria Administrativa, aunque no encontramos registro de su nombramiento.
Mucho más que eso no hay, más que algunos empleos como recepcionista en peluquerías y en un estudio contable. Según manifiesta, posee una tecnicatura en Administración Hotelera otorgada por La Suisse. De Barrio Saavedra, tiene un hermano mayor (Christian).
Por lo pronto, el abogado de Cristina Kirchner, José Manuel Ubeira, considera que la Fiscalía, ahora, debe procurar velar por la seguridad de la testigo. El letrado mencionó que la mujer se acercó a declarar diciendo que había sido presionada «de todas las formas posibles».
La segunda vez que ella fue a prestar testimonio a la fiscalía de Carlos Rívolo, había afirmado que se había asesorado y que por eso había borrado la información de su teléfono. En esta ocasión, sin embargo, dijo que el procedimiento fue en las oficinas de Bullrich y que hubo toda una serie de presiones para que se borrara el contenido de los tres dispositivos. Esta vez, además, ella habría entregado un pendrive que podría contener una especie de «back-up» del celular.
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