El despido de De la Torre: El desesperado intento de ocultar la incompetencia y corrupción del gobierno

La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, despidió a Pablo de la Torre tras el escándalo de 5 millones de kilos de alimentos almacenados sin distribuir. La administración enfrenta críticas por su manejo de los recursos y su vinculación con organizaciones internacionales para ocultar irregularidades.

Por Walter Onorato – @WalterOnorato para EnOrsai

El reciente despido de Pablo de la Torre, secretario de Niñez y Familia, por parte de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, ha destapado un escándalo de proporciones épicas dentro del gobierno de Javier Milei. La acumulación de más de 5 millones de kilos de alimentos en depósitos sin distribuir a los comedores comunitarios ha puesto en evidencia las profundas fallas de gestión y transparencia en la administración actual.

El conflicto comenzó cuando El Destape reveló la retención de alimentos en dos galpones del Ministerio de Capital Humano, que no fueron distribuidos a los comedores populares. Esta situación se agravó cuando se supo que gran parte de estos productos estaban próximos a vencer, incluyendo 339,867 kilos de leche en polvo que caducan entre el 7 y el 30 de julio.

En respuesta a la denuncia, Pettovello emitió un comunicado anunciando el despido de De la Torre, alegando «mal desempeño de sus funciones». Además, la ministra ordenó una auditoría interna y la implementación de un protocolo para la entrega inmediata de los alimentos a través del Ejército Argentino, con el objetivo de garantizar una distribución rápida y eficiente. Sin embargo, estas medidas llegaron tarde y no han sido suficientes para aplacar la indignación pública y las críticas de diversas organizaciones sociales.

Pablo de la Torre, por su parte, trató de justificar la retención de los alimentos afirmando que eran reservas para emergencias climáticas. Esta explicación fue rápidamente desmentida por Juan Grabois, líder de Argentina Humana, quien acusó al gobierno de negligencia y corrupción. Grabois denunció que «hay hambre y no están entregando alimentos», destacando la gravedad de la situación en un país donde más de la mitad de la población vive bajo la línea de pobreza.

La situación se complicó aún más cuando se descubrió que el gobierno de Milei había delegado la compra y distribución de alimentos a la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), un organismo internacional que se lleva una comisión del 5% por sus servicios. Este acuerdo permite al Ministerio de Capital Humano evadir los controles de transparencia del Estado argentino, como los de la Auditoría General de la Nación y la Sindicatura General de la Nación.

La OEI no solo manejó las licitaciones y compras, sino que también estuvo involucrada en pagos irregulares de sobresueldos a funcionarios del ministerio, lo que ha generado aún más sospechas de corrupción y malversación de fondos. La ministra Pettovello, amiga íntima del presidente Milei, se encuentra ahora en una posición precaria, con crecientes demandas de rendición de cuentas tanto de la justicia como de la opinión pública.

Este escándalo ha revelado las fallas estructurales de un gobierno que prometió transparencia y eficiencia, pero que ha caído en prácticas oscuras y cuestionables. La administración de Milei enfrenta no solo una crisis de confianza, sino también la urgente necesidad de demostrar que puede gestionar los recursos del Estado de manera justa y efectiva. La retención y posible desperdicio de millones de kilos de alimentos en un país con altos índices de pobreza es una muestra cruda de la desconexión entre las promesas electorales y la realidad de la gestión gubernamental.

Mientras tanto, los comedores comunitarios, que dependen de estas provisiones para alimentar a miles de familias, continúan luchando por sobrevivir. Las organizaciones sociales y los activistas, liderados por figuras como Juan Grabois, siguen presionando para que se tomen medidas concretas y efectivas para resolver esta crisis humanitaria.

La pregunta que queda en el aire es si el gobierno de Milei podrá superar esta tormenta y recuperar la confianza de aquellos que lo votaron. Este caso concreto no es solo un ejemplo de mala gestión, sino también una nueva advertencia sobre la corrupción de este gobierno que venimos realizando desde este medio.

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