
Los domadores digitales hacen la pata ancha con los dólares frescos que el FMI aportó para la campaña de un oficialismo que mira octubre como única Meca.
Por Jorgelina Áster para Noticias la Insuperable ·
Pescadas en las redes
nuestras mejores horas
–Julieta Laso
Los economistas perorarán por todos los rincones de la red, los dólares inexorablemente se fugarán en bicicleta pero, ya sabemos, las deudas quedarán junto a la quimera del default sin consecuencias. El verde preelectoral baratito, como el legendario Tito –antagonista del vivillo Máximo Careli-, la devaluación y la inflación que ya no son serán el veranito de San Toto, cuasi Tito, en la quintita del Trío San Javier. El dólar, ¿será varón o será mujer?
La revolución en bicicleta libertaria no es la de Mempo ni la de Gaite, es la del heroico trader que nos guía y le aclara al memorioso que menta el déjà vu que esta vez es distinto. “Ni nos hablen de Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, ese par de zurdos ignorantes”, refuerzan los gordos y flacos del éter paraoficial que embelesan a Mabel y Raúl, más esperanzados hoy que nunca.

No hay más cepo, festejan los gurúes del carry con cepas mendocinas en la copa que derramará maná de malbec para el menesteroso con fe. Las y los lenguaraces que contraatacan son domados gracias al escarnio del apodo al tiempo que viejos pecadores son redimidos por la nueva alianza.
Se redimió Fausto en virtud de renovar su pacto con el maligno: medicamentos o fideos lo salvó. Pero a la malinche de la consultoría le colgaron el sambenito de la pifia en el cognome. Para indignación de los ex Corea del Centro, la flamante mandrilandia se pobló de liberales poco afectos al ciclismo, cepos velados o divisas a precio de ganga.

Kristalina avala al denostado por Christine y alaba al domador de jubiletas y maquillador de déficits y deudas. La net estalla. El periodismo independiente replica y el FMI ya no está para los que tocaron fondo sino para los ganadores de batallas anti woke y domadores de clases medias escupidoras de billetes verdes e ínfulas que con fragor reveló Fraga en la era cambiemita.
Al tiempo que don Alfredo y sus pares les paran con alarde los pies a molineros pícaros, todos quieren pedalear. Vendrán los capitales gringos cual golondrinas otoñales a construir la tontina –en argento totina o caputina– que disfrutarán al acercarse el verano poselectoral. Diría don Fernando Fernán que las bicicletas son para el verano.
Se hablará de tasa en los resto de Recoleta y en el bodegón, en la red y hasta en donde el viejo Gómez no haya dejado ni un mango. Y mientras en las pantallas las horas pasan de prisa entre tasas, escarnio y risas, se prepara el reparto de los rodados de la revolución: bicicletas de carrera para los elegidos y bicicletas fijas para los muchos que se quedarán pedaleando con la frente marchita en el vacío de la caída libre.
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A vender todo! Dolares- joyas de la abuela para subir a la bici.
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