Música de la libertad

Una voz desafía el olvido e invita a no aceptar con indiferencia la amenaza de repetir con mayor intensidad tragedias y esclavitudes pasadas.

Por Jorgelina Áster para Noticias La Insuperable ·

«Va, pensiero, sull’ali dorate»
– Temistocle Solera

El mes pasado, cuando en Francia se conmemoró el final de la Segunda Guerra Mundial, en la plaza Charles de Gaulle, frente al Arco del Triunfo, Nana Mouskouri interpretó «Libertad» («Yo canto contigo, Libertad»). Con noventa años, y a ochenta del fin de la contienda, la artista griega reconfortó al público con su talento.

En tiempos difíciles para el concepto de libertad, las voz de Nana invita a rebelarse contra la oquedad semántica de una palabra que hasta no hace tanto era inmune al bastardeo y la tergiversación de su significado.

Iōánna Mouskouri

La canción emblemática de Mouskouri es, por supuesto, «Libertad», de 1981, inspirada, mas sin apego literal, en el «Va, pensiero» –letra de T. Solera- de la ópera Nabucco, de Giuseppe Verdi.

«qué voz la Griega, qué maravilla, tiene el alma en la garganta, sino no se explica, y en cualquier idioma y todos bien pronunciados, grandiosa, debe andar por los ochentitantos y seguro todavía canta, los dioses no tienen edad y además no importa porque es inmortal y Fiiiii, fii fii fii… fiiiiiiiiiiiii fiuuuuu-fufu… Y ahí viene el coro con el Va pensierofummmm, fummmm, fum-fufiiiiiii… fiiiiiuuuu….» (Nabucco, Mempo Giardinelli)

Tanto  en su vida como en su repertorio, para Nana siempre tuvieron protagonismo las luchas del hombre y de los pueblos por la dignidad y la autonomía, contra la opresión y las autocracias.

Su firme oposición a la dictadura militar que sufrieron los griegos entre 1967 y 1974 le dio centralidad política entre las figuras públicas que bregaban por la recuperación de la democracia.

Iōánna, nacida en Creta, la mítica isla que hasta 1908 soportó el yugo turco, tiene también entre las más destacadas de su repertorio la canción “No era una isla”, compuesta a partir del breve pero contundente poema de Nikos Kazantzakis, “Den Itan Nissi”:

No era una isla / Era una bestia que vivía en el mar. / Y ella era la gorgona, la hermana de Alejandro Magno / Donde lloró y asaltó el mar / Si se libera Creta / Mi corazón también se liberará / Si se libera Creta / Me reiré.

Kazantzakis

Esta composición, símbolo de ansias de libertad, amor por la tierra natal y reafirmación de pertenencia a la tradición comunitaria, recorrió el mundo e inspiró distintas versiones, como la que interpreta la cantautora catalana María del Mar Bonet.


Solo nos separan ochenta años del fin de una pesadilla hiriente. Muchos de los que la sufrieron aún nos acompañan. Una voz que evoca a otras tantas aviva el recuerdo que parecía haberse borrado de la memoria colectiva. Una palabra vapuleada resurge pero el temor al olvido, acicateado por el obscuro espectáculo de involución civilizatoria mundial, permanece.





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