Cómic teatro con Bertolt Becht

La experiencia del cómic escénico con El círculo de tiza caucasiano como base de la creación de Luis de Tavira.

Por Alfonsina Madry para Noticias La Insuperable

Hace más de una década, el dramaturgo y director mexicano Luis de Tavira, profundo conocedor de la obra de Brecht, se propuso la relectura y actualización de El círculo de tiza caucasiano. Preparaba una versión para la Compañía Nacional de Teatro. Quería lograr el adecuado tono brechtiano y plantear sus interrogantes de acuerdo con la realidad de México.

En un contexto mundial en el que, como hoy, consideraba que los tiempos habían cambiado para peor, en un México de atrocidades cotidianas, entendía que los problemas que plantea la obra deberían presentarse de manera distinta, pero en consonancia con el fragmentado realismo del teatro épico.

Entonces, sin perjuicio de dos interrogantes esenciales que permanecen: “¿de quién es la tierra?” y “¿de quién son los hijos?”, trabajó la ficción a través de la lucha de la comunidad purépecha de Cherán, en trance de defender el bosque, y de una cocinera que a causa de privilegiar la bondad atraviesa un calvario. En síntesis, esta sería la fábula de su versión de la puesta de 2012 titulada El círculo de cal.

Talento, experiencia e intuición escénica le permitieron a Luis de Tavira ir un paso más allá de las labores temáticas y de las coordenadas contextuales tiempo-espacio: aprovechar el valor artístico del cómic para potenciar el efecto teatral que buscaba Brecht, no tan anti-aristotélico como lo caracterizan las interpretaciones más cerradas de su pensamiento.

Además, en las viñetas con predominio escenográfico de la perspectiva, los actores usarían máscaras: “El actor se enmascara para desenmascarar a la sociedad, su máscara no es un ocultamiento, es una lupa.”, explicaría el director un año después del estreno.

El círculo de cal se estrenó en México 2012, más tarde fue aplaudida en otros países y, durante un lustro, volvió a representarse muchas veces, al menos hasta 2017. Aunque no hay manera de revivir estos acontecimientos, los registros fílmicos –también los fotográficos- ayudan a tener un acercamiento a la concepción de Luis de Tavira, a su forma de teatrar con Bertolt Brecht.

En un artículo publicado en 2014[i], el dramaturgo y director, en forma concisa, caracteriza su creación:

“El círculo de cal, este cómic escénico reúne música original y todos los elementos de la diversidad lingüística del teatro épico de Brecht, que incluye canciones, reflexiones, coro y al mismo tiempo la secuencia progresiva de escenas autónomas para llegar al epílogo final, en que la obra, después de exponernos el problema y su peripecia, nos hace comparecer ante un juicio en el que alguien tiene que decidir y, en este caso, en el sitial del juez se ha sentado un hombre muy extraño y estrafalario llamado Azdak, que es uno de los personajes más poderosos de la dramaturgia brechtiana y del siglo xx.”

El teatro de Brecht, patrimonio de la humanidad -como sostiene Miguel Sáenz-, continúa abriendo camino a la innovación. El mismo Sáenz, editor y traductor de su Teatro completo[ii] en castellano, hace hincapié en el hecho de que destacadas figuras, influyentes en la dramaturgia desde fines del siglo XX, pero alejadas de la concepción Brechtiana, como Peter Brook, advierten que “Nadie que se ocupe seriamente del teatro puede prescindir de Brecht.”.



[i] “El teatro de Bertolt Brecht, una reinvención del drama”, en: Discurso Visual, número 33, enero/junio 2014, México, CENIDIAP.

[ii] Brecht, Bertolt. Teatro completo. Madrid, Cátedra, 2006. Edición, traducción, introducción y notas de Miguel Sáenz.


Imagen TOP: Río, escena de la obra El círculo de cal de la Compañía Nacional de Teatro. Foto: Sergio Carreón Ireta/cnt.


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