Los nuevos audios que hunden a Spagnuolo: coimas, descuentos “especiales” y una mochila sospechosa en la causa ANDIS

Otro capítulo explosivo sacude la causa de las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad: este viernes se conocieron nuevos audios entre Miguel Calvete —operador de laboratorios— y una empleada de la ANDIS, donde se habla de pagos frenados, descuentos del 30%, movimientos millonarios y una entrega de dinero que compromete directamente a Diego Spagnuolo.

Por Leticia Graciani Fainel para Noticias La Insuperable

Audios, nervios y pagos “personales”

El material difundido muestra a Miguel Calvete, operador de los laboratorios investigados, en una conversación telefónica con una empleada de la ANDIS. En ese diálogo, que ya obra en el expediente, se lo escucha inquieto mientras la mujer intenta tranquilizarlo. Ella afirma que paró todos los pagos y sólo abonó “dos cosas tuyas, personales”, dejando claro que allí se manejaba dinero cuyo destino nada tenía que ver con la función pública.

La charla avanza y aparece un acuerdo directo sobre cómo seguir operando. Calvete sugiere “pedile un 25% o 30% de descuento y se le paga al contador cuando entre el pago”, reconociendo la existencia de un flujo de fondos paralelo y organizado. La empleada insiste con que “tienen que entrar un montón de pagos”, dejando en evidencia el volumen del circuito.

El punto más sensible de la conversación surge cuando discuten el destino de una suma específica. La empleada advierte que “no se puede transferir a lo de Piero, hay quilombo, no sé otro lugar”, a lo que Calvete responde que va a hacer llamadas para resolver ese desvío. Todo queda registrado. Todo compromete.

La foto que delata el vínculo con Spagnuolo

Pero este viernes no sólo aparecieron audios. También se difundieron imágenes del ex titular de la ANDIS, Diego Spagnuolo, ingresando al domicilio de Calvete. En las fotos se lo ve con una mochila cuya carga es desconocida, aunque el fiscal del caso, Franco Picardi, sospecha que podría tratarse de dinero en efectivo, cheques o documentación comprometedora.

La fiscalía ya había establecido que esa casa fue escenario de movimientos millonarios. Según la investigación, Spagnuolo y Calvete habrían coordinado allí una entrega por 5 millones de pesos. La foto no es un detalle menor: confirma un vínculo operativo directo entre el funcionario y el operador privado que manejaba el esquema de sobreprecios.

A eso se suma el contenido recuperado del celular de Calvete, cuyos chats con su pareja, Guadalupe Muñoz, habían sido borrados. En uno de esos mensajes, Calvete pregunta: “Tenés amor 5 palos en efectivo en pesos”. Muñoz consulta a quién debía pagarse esa suma. Él contesta que eran “para el boludo del pelado que viaja a Israel y no tiene efectivo en pesos”. Para el fiscal Picardi, el “pelado” es Spagnuolo.

Una ventanilla de pagos ilegales a medida de laboratorios

En su dictamen, Picardi fue contundente: la ANDIS funcionó como una ventanilla ilegal de pagos millonarios, adjudicados por fuera del marco normativo, sin transparencia ni competencia. El fiscal describe un esquema hecho a medida de proveedores con lazos directos con funcionarios, donde participaron incluso agentes externos con fuerte influencia en el negocio de los medicamentos y los insumos de alto costo.

Los audios, las fotos y los chats forman ahora un cuerpo probatorio sólido que complejiza la situación judicial de Spagnuolo. Este mismo viernes, Picardi solicitó su detención. El juez Sebastián Casanello, si bien sostuvo que no existe riesgo de fuga, lo citó a indagatoria para el 19 de noviembre.

Una causa que estalla en las manos del gobierno de Milei

Mientras Milei sigue recortando derechos y desmantelando áreas sensibles del Estado, la evidencia muestra otra cosa: los funcionarios que puso al frente de la política de discapacidad montaron un kiosco multimillonario con laboratorios, usando recursos públicos para negocios privados.

La causa ANDIS ya no es un escándalo aislado: es una muestra del modelo de gestión que propone Milei, donde las instituciones quedan reducidas a plataformas de negocios para terceros afines. Una vez más, la motosierra no era para la casta: era para los más vulnerables.


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