La histórica fábrica de ascensores Condor, orgullo metalúrgico del Oeste por más de medio siglo, hoy es una cáscara vacía: sin insumos, sin producción, sin salarios y sin respuestas empresariales. En plena apertura indiscriminada de importaciones impulsada por Milei, la planta de Ituzaingó pasó de fabricar 30 elevadores mensuales a no encender una sola máquina en tres meses.
Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable

Un gigante de medio siglo reducido al silencio
Durante más de 50 años, Ascensores Condor fue sinónimo de industria nacional. Desde su nave de Miravé al 1400, en Villa León (Ituzaingó), llegó a contar con 180 trabajadores y un ritmo de producción que, según recuerdan delegados históricos, era “una mina de oro”: casi 30 ascensores mensuales salían rumbo a edificios, comercios y obras en toda la región.
Pero la política económica de Milei, centrada en la apertura irrestricta de importaciones, terminó por asestar el golpe final a un sector que ya venía golpeado por años de inestabilidad. Los relatos dentro de la fábrica son de una crudeza asfixiante: hoy, Condor no produce nada. En los 11 meses de 2025, la planta no llegó ni a fabricar lo que hacía antes en un solo mes.
El panorama que describen los trabajadores, informan desde Primer Plano, es de desolación: un galpón apagado, sin movimiento, sin materiales, sin máquinas en marcha, y con empleados que se presentan diariamente solo para ver un lugar oscuro, vacío y sin respuestas.
Salarios adeudados, importaciones descontroladas y una empresa ausente
El secretario general de la UOM Morón, Rubén Andrada, acompañó a los operarios en una manifestación frente a la planta. Su diagnóstico es directo: “Hace cuatro meses que no cobran sus salarios”, afirmó, y agregó que la empresa ni siquiera asistió a las últimas audiencias del Ministerio de Trabajo.
Andrada fue más allá, señalando el efecto Milei con precisión quirúrgica: “La apertura de importaciones está matando a las industrias. Están llegando ascensores de China con mejor tecnología y muchísimo más baratos de lo que cuesta producirlos acá”. En la misma reflexión recordó otro golpe reciente, el cierre de Freebandir, la fábrica de heladeras comerciales de Merlo, también consumida por la invasión de productos importados.
La postal actual parece calcada en la planta de Ituzaingó: cerca de 40 trabajadores sin tareas, sin insumos, sin aportes patronales y sin futuro. Muchos ya recurrieron a changas —como cortar pasto— para alimentar a sus familias ante la falta total de ingresos formales.
El delegado de la UOM dentro de la empresa, Jorge Bazán, con 18 años de antigüedad, describió una situación casi terminal: “Esto antes era una mina de oro; ahora no producimos nada y hace cuatro meses que no cobramos”. También denunció que la empresa prometió retiros voluntarios que nunca cumplió, prolongando lo que definió como “una agonía”.
Deuda con trabajadores y clientes: 200 ascensores cobrados y nunca fabricados
El último dato, revelado en una reunión reciente con la gerencia, es demoledor: Ascensores Condor debe 200 ascensores a sus clientes, todos ya cobrados y jamás fabricados. Con las cuentas embargadas, sin proveedores dispuestos a entregar materiales y con más de un año sin pagar aportes patronales, el cuadro se completa con el ausentismo total de los dueños: no se presentaron a las últimas dos audiencias laborales.
Andrada lo sintetizó con crudeza: “Creemos que es una firma con certificado de defunción”.
La historia de Condor, que simboliza cinco décadas de esfuerzo industrial argentino, termina chocando de frente con el mismo muro que ya golpeó a sectores como el textil, el metalúrgico, el alimenticio y el electrodoméstico: un modelo económico que abandona a sus trabajadores y entrega el mercado interno al importador más barato.
Mientras Milei celebra “eficiencia” y “libertad de mercado”, el Oeste del conurbano ve cómo otra fábrica se apaga —literalmente— frente a sus ojos.
Descubre más desde Noticias La Insuperable
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

No lo hizo sólo Milei. Quien quiera interesarse en una lectura retrospectiva del accionar del establishment empresarial ( UIA) podrá entender un poco más.
Me gustaMe gusta