El técnico de Boca tenía 69 años.

Se conoció la triste noticia del fallecimiento de Miguel Ángel Russo, hombre del fútbol por excelencia quien actualmente se desempeñaba como DT de Boca Juniors y se encontraba desde hace días muy mal de salud descansando en su casa.
Su carrera
Miguel Ángel Russo nació el 9 de abril de 1956 en Valentín Alsina, Buenos Aires. Desde muy joven mostró su inclinación por el fútbol y comenzó su carrera profesional como mediocampista en Argentinos Juniors, club en el que debutó en 1975 y donde rápidamente se destacó por su capacidad de juego y su visión estratégica en la cancha. A lo largo de su carrera como jugador, Russo también vistió las camisetas de Talleres de Córdoba, Rosario Central y Vélez Sarsfield, consolidándose como un referente del fútbol argentino durante la década del 70 y 80.
Tras su retiro como jugador en 1991, Russo emprendió su carrera como director técnico, donde logró un reconocimiento aún mayor. Su primer gran logro llegó en 1997 al dirigir a Lanús y consolidarse como un entrenador con un estilo táctico definido, basado en la organización defensiva y la efectividad ofensiva. Sin embargo, fue en Boca Juniors donde alcanzó la cúspide de su carrera, obteniendo la Copa Libertadores de 2007, título que le valió prestigio internacional y lo convirtió en uno de los entrenadores más respetados del fútbol sudamericano.
A lo largo de su trayectoria como entrenador, Russo dirigio también a equipos como Estudiantes de La Plata, San Lorenzo, Rosario Central, Gimnasia y Esgrima La Plata, entre otros, destacándose por su capacidad para trabajar con planteles jóvenes y lograr resultados inmediatos en contextos exigentes. Su estilo combina disciplina táctica con un enfoque motivacional sobre los jugadores, lo que le ha permitido reconstruir equipos y llevarlos a instancias decisivas tanto a nivel nacional como internacional.
Además de sus logros deportivos, Russo fue reconocido por su perfil bajo y su dedicación al trabajo diario. Ha sido elogiado por la prensa y los exjugadores por su capacidad de adaptación a diferentes contextos y por su manejo del vestuario, destacando siempre la importancia del grupo por encima de las individualidades. Hoy el fútbol lo llora.
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