Crearon un implante cerebral inalámbrico que abre una nueva era en las interfaces neurales

Los resultados abren puertas a aplicaciones futuras que podrían transformar áreas como la rehabilitación neurológica.

Por Ignacio Álvarez Alcorta para NLI

Imagen: Columbia Engineering

Un equipo internacional desarrolló un chip cerebral ultrafino, flexible y totalmente inalámbrico, capaz de registrar actividad neuronal con una densidad nunca antes vista. Los ensayos en animales mostraron estabilidad durante semanas y hasta meses, marcando un posible salto tecnológico en las interfaces cerebro-computadora.

Un dispositivo diminuto con potencia inédita

El estudio presenta un nuevo dispositivo de interfaz cerebro-computadora construido sobre un sustrato CMOS ultrafino de apenas 50 micrómetros de espesor. En ese pequeño espacio, los investigadores lograron integrar una matriz de 65.536 electrodos, procesamiento de señales, telemetría digital y un sistema de alimentación inalámbrica, todo dentro de una única estructura implantable.

A diferencia de otros dispositivos que requieren cables saliendo del cráneo o conectores externos, este implante se coloca por debajo de la duramadre, en formato flexible, y opera completamente sin conexiones físicas con el exterior. El sistema permite seleccionar dinámicamente hasta 1.024 canales de registro simultáneo, un número altísimo para estándares actuales, manteniendo a la vez un consumo energético manejable.

Los científicos remarcan que el objetivo fue crear una plataforma de registro crónico que combine alta resolución espacial, gran estabilidad y mínima invasividad, algo que históricamente no se había logrado en una sola pieza de tecnología.


Pruebas en animales: semanas en cerdos y meses en primates

Para evaluar su funcionamiento real, el equipo implantó el dispositivo en cerdos durante períodos de hasta dos semanas, y en primates no humanos despiertos durante hasta dos meses. En todos los casos el sistema logró registrar señales nítidas provenientes de la corteza somatosensorial, la corteza motora y la corteza visual, mostrando la capacidad del chip para captar actividad compleja en regiones cerebrales muy diferentes.

Estos registros revelaron que el implante puede mantenerse estable en el tiempo, un aspecto crítico para cualquier aplicación clínica. La combinación de alta densidad de electrodos y operación subdural permitió obtener señales de gran calidad sin necesidad de penetrar directamente en el tejido cerebral, reduciendo riesgos asociados a implantes más invasivos.

Los investigadores señalan que el desempeño crónico y la comunicación bidireccional completamente inalámbrica representan un paso importante hacia dispositivos aptos para uso diario en contextos clínicos o asistivos.


Qué significa para el futuro de las neurotecnologías

Aunque el dispositivo todavía se encuentra en fase preclínica, los resultados abren puertas a aplicaciones futuras que podrían transformar áreas como la rehabilitación neurológica, las prótesis motoras avanzadas, el control de dispositivos por pensamiento o la investigación del cerebro con una resolución hasta ahora difícil de alcanzar.

La densidad de 65 mil electrodos no se utiliza en su totalidad de manera simultánea, pero su presencia permite flexibilidad de selección, exploración de grandes superficies corticales y una precisión que podría mejorar de manera significativa los sistemas de decodificación neural.

Los autores advierten que aún faltan estudios sobre seguridad a largo plazo, biocompatibilidad extendida, durabilidad del material en contacto con el cerebro y posibles reacciones inmunes. Sin embargo, el avance sugiere que las interfaces cerebro-computadora totalmente implantables, inalámbricas y de alta resolución ya no pertenecen a un futuro lejano: están tomando forma hoy.


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