La Ciudad aprobó en primera lectura una ley que habilita al Club Atlético Boca Juniors a utilizar de manera exclusiva y gratuita varias aceras del barrio de La Boca. El permiso rige por dos décadas y busca regularizar un uso histórico del espacio público alrededor de La Bombonera y Casa Amarilla.
Por Ignacio Elfratini para NLI
La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aprobó el Expediente 1356-D-24, una ley que concede al Club Atlético Boca Juniors un permiso de uso exclusivo, precario y gratuito sobre distintas fracciones de veredas ubicadas en el entorno inmediato de sus instalaciones en el barrio de La Boca.
La norma fue sancionada el 27 de noviembre de 2025 (y publicada hoy en el Boletín Oficial porteño) bajo el mecanismo de aprobación inicial, tal como establecen los artículos 89 y 90 de la Constitución porteña, lo que implica que el proyecto deberá atravesar una instancia de audiencia pública antes de su sanción definitiva.
Qué autoriza la ley
El texto aprobado habilita al club a utilizar durante 20 años, contados desde la sanción de la ley, tramos específicos de aceras ubicadas sobre las calles Wenceslao Villafañe, Espora y Aristóbulo del Valle, todas ellas en el área donde funcionan La Bombonera, Casa Amarilla y otros espacios deportivos y sociales de la institución.
Se trata de un permiso precario, lo que significa que no hay transferencia de dominio ni privatización formal del espacio público, pero sí un reconocimiento legal del uso exclusivo por parte del club durante el plazo establecido.
Desde la Legislatura se argumentó que estas veredas vienen siendo utilizadas de hecho desde hace décadas por Boca Juniors para la circulación interna, el desarrollo de actividades sociales y la organización de eventos deportivos y comunitarios, sin que existiera hasta ahora una norma que regularizara esa situación.
El objetivo: actividades deportivas y comunitarias
La ley establece de manera explícita que el objetivo del permiso es garantizar el desarrollo de las actividades deportivas, sociales, culturales y comunitarias que Boca Juniors lleva adelante en el barrio, muchas de ellas con fuerte arraigo territorial y participación vecinal.
En los fundamentos del proyecto se remarca el rol histórico del club en La Boca, no solo como institución deportiva sino también como actor social, cultural y educativo, con miles de chicos y chicas que asisten diariamente a sus instalaciones.
La regularización del uso de estas aceras busca, según el texto legislativo, ordenar jurídicamente una realidad preexistente, evitando conflictos administrativos y brindando previsibilidad tanto al club como al Estado porteño.
Qué paga Boca y qué no
Si bien el permiso es gratuito, la ley aclara que Boca Juniors deberá hacerse cargo del pago de tasas, impuestos y tarifas de servicios públicos que correspondan al usufructo de las áreas autorizadas.
Esto incluye, por ejemplo, mantenimiento, iluminación, servicios y cualquier obligación tributaria que derive del uso exclusivo del espacio, lo que descarta que se trate de una cesión sin costos para la institución.
Como ocurre con otras normas similares aprobadas en la Ciudad, el Estado porteño conserva la titularidad del espacio público, pero delega su uso bajo condiciones específicas y por un plazo determinado.
Un debate que vuelve: espacio público y clubes
La aprobación de este tipo de leyes suele reactivar el debate sobre el uso del espacio público en la Ciudad, especialmente cuando se trata de clubes grandes, con fuerte peso simbólico y económico.
En este caso, el proyecto avanzó con amplio consenso político, apoyado en el argumento de la función social de Boca Juniors y en el carácter histórico del uso de las veredas involucradas, en una zona donde la presencia del club estructura buena parte de la vida barrial.
La Legislatura dio así un paso para legalizar una ocupación que, en los hechos, existe desde hace años en el corazón de La Boca.
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