El ex ministro cumple prisión domiciliaria por la causa Río Turbio, mientras que el ex secretario de Coordinación del ministerio de Planificación Federal está excarcelado con tobillera
Por la Redacción de Noticias La Insuperable

La libertad de ambos funcionarios en el marco de la causa de los Cuadernos fue ordenada el viernes 13 por la noche por el Tribunal Oral Federal (TOF 7) y se hizo efectiva en horas de la madrugada del sábado cuando tanto Julio De Vido como Roberto Baratta dejaron el penal de Ezeiza rumbo a sus respectivos hogares.
Acorde al cambio de época en la Justicia que esperó a la llegada de un nuevo presidente para hacer cumplir la ley, la corte estableció que ambos no podían seguir presos sin condena. Los ex funcionarios abandonaron el penal de Ezeiza luego de que la Cámara de Casación pidiera al Tribunal Oral Federal 7 que dictara un nuevo fallo que anulara otra resolución que prohibía las excarcelaciones.
Los ex funcionarios llevaban más de dos años presos y se entendió que ya no había riesgo de fuga ni de entorpecimiento de la investigación. De Vido pasó el sábado en su chacra de Zárate con un dispositivo de tobillera electrónica y acompañado por su mujer, Alessandra “Lali” Miniccelli, también ex funcionaria de la gestión de Cristina.
Fue liberado en la causa Cuadernos, pero seguirá sin poder salir de su casa por otra causa, donde se investiga el manejo de los fondos para la mina de carbón de Río Turbio. El caso de Baratta es distinto: no tiene prisión domiciliaria, aunque también tendrá que usar tobillera electrónica para que sus movimientos puedan ser monitoreados.
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