En 2018 Agustina Díaz Cordero llegó al Juzgado nombrada por Macri cuando ocupaba el 17º lugar entre las postulantes, en un claro pago de favores dado que su madre, también entonces jueza, era la que «cajoneaba» la causa Correo Argentino.
Por Guillermo Carlos Delgado Jordan para Noticias La Insperable
Lejos de cambiar, la Justicia argentina profundiza su sesgo clasista y desequilibrado, poniendo todos los huevos en un solo platillo de una balanza que, de tan torcida, ya no es Justicia.
La conformación de este nuevo Consejo de la Magistratura, capricho aberrante de la Corte Suprema de Justicia, no hace más que confirmar que lejos están los días en que todos seremos iguales ante la ley.
Hace unos días los jueces nacionales y federales de todo el país eligieron a su nueva representante en el Consejo para cumplir con la ampliación dispuesta por el fallo de la Corte Suprema que, en diciembre, declaró inconstitucional su actual integración de 13 miembros, y volvió 16 años atrás poniendo en vigencia, en una clara intromisión de poderes, a una ley ya derogada por el Congreso.
La elegida fue Agustina Díaz Cordero, una jueza de escasos antecedentes, pero que cuenta con dos «virtudes»: una clara postura antioficialista y linaje de sangre en el establishment judicial.
CorreoGate
En 2018, con las firmas de Mauricio Macri y el entonces ministro de Justicia Germán Garavano, Díaz Cordero llegó a la magistratura a través del Decreto 374/2018 por el cual se la nombraba Jueza del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N.º 23 de la Capital Federal. El nombramiento es un indisimulable pago de favores dado que la flamante Jueza es la hija de quien por entonces «cajoneaba» la causa de Correo Argentino, la Jueza María Lilia Gómez Alonso de Díaz Cordero. Y es que, como bien destacaba el periodista Aril Lijalad en el portal Nuestras Voces, Macri impulsó el nombramiento, incluyéndola en la primera terna de postulantes ante el Senado para el puesto, a pesar de que en el concurso de aspirantes obtuvo el no meritorio decimoséptimo lugar.
Familia
Agustina es hija de la ya mencionada Jueza y del fallecido Héctor Díaz Cordero. Su hermano es Ezequiel María Díaz Cordero, abogado egresado de la UCA quien fuera asociado del gigante Estudio Bruchou, Fernández Madero, Lombardi & Mitrani para luego fundar el suyo propio: “Fiorito Murray & Díaz Cordero”, contando entre sus clientes a “empresas multinacionales, PyMEs, fondos de private equity, bancos, desarrolladores de negocios inmobiliarios, organismos públicos y organismos multilaterales de crédito”.
Esposa de Ezequiel es María Sánchez Sorondo que, entre otras cosas es la sobrina de Mariano Miguel Bosch, designado durante el macrismo como Vicepresidente del INTA y sobre el que ya hemos hablado repetidamente en Noticias La Insuperable.
María (la cuñada de Agustina Díaz Cordero) es también la prima de Gabriel Sánchez Sorondo, otro funcionario macrista quien, desde abril de 2016 fue el Jefe de la Unidad de Procesos y Estudios Normativos de la Dirección General de Gobierno.
También es sobrina de Carlos Luis Bosch (Socio del prestigioso Estudio Bosch Abogados) y prima de Marcelo Bosch (ex Iterventor del Belgrano Cargas).
Familia Política
Agustina Díaz Cordero se casó con el arquitecto Carlos Marcelo Cecchi, uno de los dueños del Estudio EBA. Carlos es primo de Marina Lawson, hija de la prima política de Armando Mauricio Braun, primo a su vez de la madre del ex Jefe de Gabinete Marcos Peña.
Marina Lawson es también la esposa de Sebastián Salaber, Director del Grupo Clarín, y quien a su vez es sobrino de Carlos Pedro Tadeo Blaquier, el histórico dueño de Ledesma y de su esposa María Elena Arrieta, a quien Macri supo designar como Embajadora Cultural de la Ciudad de Buenos Aires.
Sebastián Salaber también es el primo de la ex cabeza del Fondo de Garantía de Sustentabilidad Luis María Blaquier, denunciado por negociaciones incompatibles con la función pública e incumplimiento de deberes de funcionario público. Según la causa, en su rol de subdirector ejecutivo del FGS, Blaquier habría realizado negociaciones en beneficio propio o de terceros a quienes había estado vinculado –más precisamente al Grupo Clarín y la empresa Arcor– “perturbando la imprescindible equidistancia que debe guardar el funcionario público en los contratos y operaciones en los que intervenga la administración”.
Por último (más allá de que podríamos extendernos mucho más en las relaciones) y para cerrar el círculo, digamos que Sebastián Salaber “primo del esposo de Agustina”, es también primo de Carolina Blaquier, la que se casó con Jaime Cibils Robirosa, ex presidente de Correo Argentino S.A., la empresa que «investigaba» la ya mencionada ex Jueza Maria Lilia Gómez Alonso de Díaz Cordero, madre de Agustina, flamante integrante del Consejo de la Magistratura, que viene a asegurarse que nada cambie ni mejore en lo que se refiere a la Justicia de los argentinos.
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