El hallazgo fue realizado en un barrio urbano de la plebe en una antigua ciudad de la Mesopotamia, al sur de Irak.
Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

Un grupo de investigadores se llevó una gran sorpresa cuando, en medio de las excavasiones de una antigua ciudad de la Mesopotamia, dieron con los restos de una gran «taberna» que encontraron completa, con bancos, un tipo de refrigerador de arcilla llamado «zeer», un horno y los restos de recipientes de almacenamiento, muchos de los cuales aún contenían alimentos.
El equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania y la Universidad de Pisa regresaron a Lagash en el otoño de 2022 para una cuarta temporada de excavaciones, con la ilusión de que encontrarían más que fragmentos de cerámica. Con herramientas de alta tecnología en la mano, el equipo se puso a trabajar nuevamente en una de las ciudades más antiguas del suroeste de Asia. y allí se sorprendieron con el hallazgo de la Taberna.

«Es un espacio para comer público que data de alrededor del 2700 a. C.», dijo Holly Pittman, profesora en el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Pnsilvania, curadora de la Sección del Cercano Oriente del Museo y directora del proyecto Lagash.
Una heladera de 5000 años
Un refrigerador de dos vasijas o «zeer» es un tipo de dispositivo de refrigeración mediante evaporación que no requiere de electricidad para su funcionamiento. Utiliza una vasija exterior de cerámica porosa, que a su vez aloja una segunda vasija interior el espacio entre ambas vasijas se encuentra relleno de arena húmeda, la vasija interior puede estar vidriada para evitar que el líquido contenido en la arena pase a su interior, dentro de la cual se coloca la comida que se desea preservar – la evaporación del líquido contenido entre ambas vasijas extrae calor de la vasija interior. El dispositivo puede ser utilizado para refrigerar todo tipo de substancia. Esta tecnología simple solo requiere de un flujo de aire relativamente seco y una fuente de agua.

Lagash
En un comunicado de la Universidad, indican que el hallazgo brinda otro vistazo a la vida de la gente común que habitaba hace unos 5000 años en esta parte del mundo, un área que los investigadores han estudiado desde la década de 1930 cuando el Museo de Penn se asoció con Leonard Woolley y el Museo Británico para excavar el importante sitio arqueológico de Ur a unas 30 millas al suroeste.
En 2019, comenzó la última ronda de excavaciones de Lagash y, a pesar de una breve pausa necesaria por la pandemia, el proyecto tiene un impulso real, con cuatro temporadas de campo ahora completas. Para excavar de manera más efectiva, los investigadores están empleando metodologías de vanguardia, que incluyen fotografía con drones e imágenes térmicas; magnetometría, que captura la intensidad magnética de elementos enterrados; y muestreo microestratigráfico, un tipo de excavación quirúrgicamente precisa.
Para comprender el contexto ambiental de la ciudad, también extrajeron núcleos de sedimentos que reflejan milenios de desarrollo ecológico. “Con más de 450 hectáreas, Lagash fue uno de los sitios más grandes en el sur de Irak durante el tercer milenio”, dice Pittman. “El sitio era de gran importancia política, económica y religiosa. Sin embargo, también pensamos que Lagash fue un importante núcleo de población que tenía fácil acceso a tierras fértiles y gente dedicada a la producción artesanal intensiva. De esa manera, la ciudad podría haber sido (…) una ciudad capital pero también industrial importante”.