La increíble historia de otro argentino que dirigió a Uruguay: murió en las semifinales de un Mundial y volvió a entrar a la cancha

Juan Eduardo Hohberg nació en Argentina, pero jugó y dirigió a la Selección de Uruguay, país del que se nacionalizó. Como jugador, protagonizó una historia increíble pero real.

Marcelo Bielsa no es el primer hombre nacido en la Argentina que dirigirá a la «Celeste». Hay un conocido antecedente y viene con una historia increíble. Se trata de Juan Eduardo Hohberg, quien estuvo clínicamente muerto por unos minutos, pero lo revivieron… ¡y siguió en el partido! Unos días más tarde, volvió a jugar y anotó un gol.

Hohberg nació el 8 de octubre de 1927 en Córdoba, Argentina. Comenzó atajando. Sus inicios en el mundo del fútbol fueron en el Central Córdoba defendiendo la portería, pero luego lo probaron de delantero y no decepcionó. Con 20 años dio el gran salto tras fichar para Rosario Central. Sus mayores éxitos los cosechó en el fútbol uruguayo donde logró seis campeonatos domésticos defendiendo la camiseta de Peñarol, club por el que fichó tras una soberbia actuación en un torneo internacional amistoso con los colores de Rosario Central. En los años 1951 y 1953 fue el máximo goleador del campeonato uruguayo con 17 goles en cada una de las campañas. A nivel de títulos internacionales conquistó la Copa Libertadores en 1960. Finalmente, se retiró a inicios de los 60 en el Racing Club de Montevideo.

Hohberg disputó el Mundial de Suiza 1954 para la Selección de Uruguay, que venía de ser campeona en 1950 en el famoso y recordado Maracanazo en la final ante el anfitrión Brasil. En este caso, el 30 de junio debieron medirse en las semifinales con el Equipo de Oro de Hungría, que tenía a figuras de renombre como Ferenc Puskás, Zoltán Czibor, Sándor Kocsis, Nándor Hidegkuti y Józsefberg Bozsik, entre otros, que logró un invicto de 32 partidos.

Los europeos eran ampliamente favoritos. Los húngaros ganaban 2-0 con goles de Czibor y Hidegkuti y se encaminaban a la victoria, cuando apareció Hohberg, primero a los 75 y luego a los 86 minutos para establecer el empate. Luego de la euforia y los fuertes abrazos con sus compañeros en la celebración, el cordobés cayó al suelo inconsciente. Un compañero intentó hacerlo reaccionar, pero sin éxito. Carlos Abate, el kinesiólogo de aquel seleccionado, ingresó rápidamente al campo de juego y retiró el cuerpo del futbolista muerto a un costado del campo. Siguió buscando reanimarlo hasta que le suministró Coramina oral, un medicamento estimulante de funciones vasomotoras y respiratorias.

Hohberg estuvo clínicamente muerto, pero revivió. No conforme con eso, vio que el duelo seguía en el tiempo extra y ¡pidió volver a la cancha ya que Uruguay se había quedado sin cambios! Pero su ingreso no bastó. Kocsis convirtió por duplicado y clasificó a su equipo a la final.

El 3 de julio siguiente, los charrúas jugaron por el tercer puesto ante Austria. Fue una nueva derrota, esta vez por 3-1. Ernst Stojaspal, Luis Cruz en contra y Ernst Ocwirk convirtieron para los austríacos. El gol de los sudamericanos, increiblemente, fue de Hohberg.

Tras retirarse del fútbol en 1961, se dio cuenta que lo suyo era la dirección técnica. Para el Mundial de México 1970, comandó a la Selección de Uruguay que terminó en el cuarto puesto, mismo que obtuvo como jugador en el 54. Volvió al cargo para las Eliminatorias rumbo a Argentina 1978, en las que no pudo hacer clasificar a la Celeste. En total, según datos de la AUF, Hohberg dirigió 27 partidos: ganó 11, empató nueve y perdió siete. Luego, se radicó en Perú, donde falleció en 1996.

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