Radiografía de una semana intensa

Nuestra enviada especial al Valle de Punilla pasa revista a un acontecimiento del que todavía no se apagan los ecos. Todos los resultados y entretelones.

Por Carolina Príncipe para Noticias La Insuperable  ·

La quietud de los últimos días de invierno que envolvía a La Cumbre tuvo su contracara en el céntrico Pasaje Tassano. Allí la actividad era febril: mesas en la calle para las partidas simultáneas, ajedrecistas con prisas de gran urbe, organizadores yendo y viniendo, maestros atribulados o exultantes que abandonaban la Sala Emilio Caraffa a paso vivo… En fin, una movida inusual para la tranquila población serrana que se extendió nada menos que por siete días.

 

Ajedrez Femenino y competencia mayor

Aunque la participación masculina fue mayoritaria, todo pareció indicar que se realizaron esfuerzos por no privar al Festival del protagonismo femenino en los tableros que tanto necesita potenciarse en Argentina a pesar de la indiferencia de la cúpula de FADA.

La jugadora cordobesa Milagros Tatiana Brizzi tuvo una destacada actuación en el IRT cerrado: con aplomo digno de la ocasión se adueñó del tercer puesto en el certamen. Este torneo se denominó La Cumbre turística, igual que el Festival. Lo ganó Alejo Giménez Aguirre con puntaje perfecto, eficacia que desahució a su escolta, Juan Guerrero Cataldo, a quien también sometió a la derrota.

María José Campos ─campeona sub 20─ ofreció a la afición local una sesión de simultáneas al aire libre, quedó tercera en el torneo de rápidas y luchó por un galardón, igual que la puntana Guadalupe Besso pero con mejores resultados, en el Abierto Internacional.

 

El ITT Memorial Javier Erbe fue arduo: ninguno de los aspirantes a una norma de MI logró alcanzarla. Diego Mussanti estuvo muy cerca, a medio punto del objetivo: el virtuoso FM de 9 de Julio sumó 6,5 y quedó segundo por sistema de desempate.

La primera posición fue para Raúl Ricardo Claverie, que hace ya tiempo había alcanzado la jerarquía FIDE de maestro internacional. En tercer lugar terminó el GM Martín Lorenzini ─al parecer algo desmotivado en esta ocasión─  tras una abundante cosecha de ¡siete! tablas en nueve partidas.

Picadas y aperitivos

Revalorizadas en la actualidad, las partidas blitz ─antes conocidas como ping-pong─ y las rápidas siempre resultaron un espectáculo para los observadores. En La Cumbre, imbricadas entre tanta competencia estresante, podría decirse que además funcionaron como aperitivo informal entre contertulios, bien acompañado por picada de la serranía. Una distensión, un alto en el camino a pesar de ponerse en juego puntos de Elo internacional.

El 11 de septiembre por la noche se disputó el Torneo Elo Blitz Día del Maestro a endiablados 3 minutos más 2 segundos de poco sarmientina reflexión. En ese ritmo Claverie suele hacer la pata ancha. Se dio la lógica y no hubo quien lo apartara de la Mesa 1. Logró 9 en 9 y le sacó dos puntos de ventaja al segundo, José Cejas. Pero no le fue tan sencillo el trámite en las rápidas: María José Campos ya había arribado a Córdoba en periplo desde Wilde.

Mientras en el blitz la representante femenina había sido Cecilia Battisti, que se alzó con 5 puntos sobre los nueve posibles gracias a sus buenos reflejos e inmunidad psicológica ante posiciones desesperadas, en las rápidas lo fue María José, que le puso a Raúl Ricardo los puntos sobre las íes sin despeinarse. Estaba persuadida de que para poder decir que la sala estaba en orden su lugar natural era la Mesa 1.

Aunque la campeona sub 20 igualó en puntaje con Claverie y el mendocino Giménez Aguirre, la segunda instancia de desempate le fue adversa: terminó en el tercer lugar. La siguieron dos veteranos pletóricos de lances de ping-pong que se apersonaron en La Cumbre entre gallos y medianoche, cuasi ignotos para los archivos de FIDE pero que se hicieron llamar Alejandro Lagreca ─4to.─ y Roberto Rey ─6to.─, y el joven chileno Guerrero Cataldo ─5to.─  que sí tenía en orden los papeles que rubrica Arkady a cambio de euros frescos.

Sea como fuere, María José le puso sal al vértigo de los 8 minutos más 4 segundos.

El Abierto Memorial Fernando Ruznak

La biblioteca cumbreña rinde con su nombre homenaje a quien fuera, además de persona culta y generosa con la posteridad, un precursor del ajedrez en la bella ciudad del Valle de Punilla. Su impronta la retomaron Luis Palacios, como presidente, y los veintinueve socios fundadores del flamante Club de Ajedrez de La Cumbre, entre los que  se encuentran Eladio Rodríguez, vicepresidente al que la institucionalización no le restó campechanía, y el mecenas holandés Antón Lammers, que alterna residencia entre la serranía cordobesa y los Países Bajos.

La Biblioteca Ruznak es una pequeña Alejandría legada por don Fernando, que apreciaba trebejos y libros. El IRT Abierto Internacional que concluyó el domingo también honró su memoria. Y los participantes estuvieron a la altura de las circunstancias que entroncan con una tradición local que tal vez no hayan tenido tiempo de profundizar. El Stockfish se impone a los libros cuando de competir se trata. Y no hay tu tía ni Roberto Grau que valgan.

Lo cierto es que el FM de Tucumán Jorge Zamorano se impuso con 5,5 puntos después de seis intensas rondas. Lo escoltó un pelotón de maestros con 4,5. El sistema de desempate determinó que en segundo lugar se ubicara Raúl Claverie, en tercero Diego Belmonte, en cuarto Mussanti, en quinto el colombiano José Jiménez y en sexto el ingeniero federado en Luxemburgo Manuel Ocantos. Estos dos jugadores fueron protagonistas de una partida de final electrizante con plus de apuro de tiempo, la última en terminar de la sexta ronda y que le dio espectacular cierre al Abierto.

 

En esta instancia María José Campos también se destacó: obtuvo la mejor perfomance entre los participantes de menos de 2200 puntos Elo. El adolescente Patricio Grospietro, cordobés de San Francisco, fue con indiscutible mérito el mejor sub 16. A. Pereyra y A. Lagreca los más altos rendimientos sub 1900 y 1800 respectivamente. Guadalupe Besso, con 3 puntos, no logró acceder a ninguna distinción pero sobrellevó con estoicismo el trámite de un muy exigente  torneo con banderas de dos continentes y 34 participantes.

Éxodo

Muchos jugadores debieron partir antes del emotivo cierre del Festival. Con sencillez Luis Palacios describió el revés de una trama organizativa nutrida por férreas voluntades. Pocos son los que en el pequeño gran mundo del ajedrez nacional ignoran quién es Palacios. Su rectitud e inmenso compromiso con el juego ciencia atraviesan generaciones. Esta vez su experiencia se puso al servicio de La Cumbre. Seguramente su don de gentes abrió puertas que para otros hubiesen estado selladas a cal y canto.

No sin acierto Rodrigo Bisbal señaló este acontecimiento como un aporte significativo a favor del ajedrez federal y un paso señero para darle a La Cumbre jerarquía de cita destacada en la competencia ajedrecística. El trabajo en Córdoba fue intenso pero gratificante. Nació un club o, según se mire, revivió. Otra ciudad se sumó al circuito que todos soñamos con extender al máximo.

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