Una historia de amistad y tragedia que trascendió con sus canciones
Por Carlos Alberto Resurgian para Noticias La Insuperable

Seis discos, canciones históricas, un álbum doble, una separación, un reencuentro, tragedia y mucha magia. Todo eso envuelve la historia de Pastoral, un dúo que hizo su presentación oficial un 18 de noviembre de 1973 en el Teatro Diagonal de Mar del Plata y durante 10 años sembró de canciones a la historia del rock nacional.
Alejandro de Michele y Miguel Ángel Erausquin se conocieron en el barrio de Almagro, en el Colegio Nacional Nº 3 “Mariano Moreno” y allí comenzaron a tocar, a compartir canciones de una fina línea poética. Con una de ellas bajo el brazo, “Libertad Pastoral”, comenzaron a recorrer las productoras y, al poco tiempo, editaron su primer trabajo: “Pastoral”, que vio la luz en 1974 y que demuestra en la calidad de su sonido la mínima inversión que le dedicó la discográfica Cabal.
Pese a ello, el sello original que caracterizaría al dúo ya estaba presente. Doce canciones que iban del amor a la locura, de la muerte a la magia se sucedían con un sonido crudo, despojado y por momentos, desgarrador. “Libertad Pastoral”, “Simulacro de vida”, “Girasoles de papel” y, encabezando el lado “B”, “En el Hospicio”, se encontraban allí en estado puro.
Alejandro y Miguel eran dos chicos. El primero había nacido en Liniers el 5 de junio de 1954 y, a pesar de no haber estudiado música, tenía un marcado perfil artístico, tal vez fruto de su relación con su tío, el actor Armando Equiza. Miguel Ángel era de Caballito, donde vio la luz el 5 de enero de 1955 y desde pequeño estudió música, tal vez impulsado por el regalo de una guitarra que le dio su abuelo, José Piccardi, y con la que supo tocar en los inicios del dúo.
En su primer disco ya sufrieron del abuso de los “mecenas de la farándula”. Un ignoto productor se autoadjudicó la coautoría de “Libertad Pastoral” para hacerse de sus regalías.
Un año más tarde, en 1975, vendría su segundo álbum: “En el Hospicio”. El dúo apostó sabiamente a esa canción y la repitió en su segundo disco. Y se convirtió en un himno. Como “la de Fermín” de Almendra, hablaba de la locura, personificada en Luis, un amigo de Alejandro que terminó en el Borda y que le brindaría a su autor la inspiración para dos bellas canciones más: “Atrapados en el Cielo” y “Aquí Luis”.
Su tercer álbum, “Humanos” explota por fin en la calidad de sonido que las canciones del dúo merecían. Allí participan Charly García, Oscar Moro y Pino Marrone entre otros. Potente, lírico, con ese cachetazo de realidad que significaba la canción que daba título al álbum, con la bella “Me desprendo de tu vientre” que finaliza en “De regreso a tus entrañas”, que desgranan en cada sílaba toda la poesía desgarradora de De Michele, su codeo con la locura, su abrazo al cosmos, su humilde humanidad.

En 1977 llega “Atrapados en el Cielo”, que inaugura la “moda” de los grupos argentinos de ir a grabar afuera (Brasil en este caso). Y la magia seguía presente, con incursiones en nuevos sonidos e instrumentos (allí, se puede disfrutar hasta del sonido de una gaita).
En ese año, también, sacan un «simple» con dos temas: «Mensaje Mágico» y «Reflejos del hombre», que no estarán presentes en otros discos. En la cumbre de su carrera, «Mensaje Mágico» se había convertido en la cortina musical de una publicidad de los jeans Wheel que rápidamente multiplicó sus ventas y donde la poesía de Alejandro demostró, una vez más, que nunca precisó de estribillos para convertirse en un hit.
El slogan de Wheel era «lo que vendrá», y «la magia de hoy, vendrá mañana», rezaba la canción.

Los shows se sucedían y las tensiones crecieron entre ambos integrantes y decidieron separarse. Pero los productores, antes, los obligaron a sacar un nuevo disco comprometido por contrato. El título del LP lo decía todo: “De Michele – Erausquin”. El dúo no existía más.

Alejandro se junta con el ex Crucis Gustavo Montesano, y junto a Gustavo Donés, Roberto Villacé y Daniel Colombres conforman “Merlín”, que saca a la calle un álbum que merece ser escuchado y donde la poesía de De Michele sigue desbordando en bellas interpretaciones, con un sonido por momentos crudo, por momentos casi electrónico.
Miguel Ángel, en tanto, luego de probar suerte con una agrupación llamada “La máscara de menta” emprendió un camino solista con “Hacia la libertad”, donde lo acompañaron, entre otros, Alfredo Toth y Oscar Moro.

Pero los emprendimientos de ambos no tuvieron repercusión comercial. Y eligiendo el mismo camino de sus orígenes, ambos integrantes volvieron a encontrarse en silencio y le dieron forma a “Generación”, un disco que sorprendió a todos con un sonido fuerte, con una batería marcada, sintetizadores y guitarras eléctricas. Pastoral se había reconvertido, se alimentó de sí mismo e iniciaba un nuevo ciclo. Lamentablemente la tragedia nos dejó a todos un gusto por lo que venía que nunca pudimos saborear.
El 20 de mayo de 1983, con apenas 28 años, tan solo 3 semanas después de un concierto memorable en Obras Sanitarias donde presentaron su nuevo sonido con músicos de la calidad del “Negro” García López, el “Pato” Loza, Juan del Barrio y Gustavo Donés, Alejandro De Michele estrelló su auto y se abrazó al mito.
Bonus Track
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